Bolivia se encuentra en la antesala de un hito histórico: el lanzamiento de su primer CubeSat, el Waskiri-Sat, un proyecto que encarna el sueño colectivo de una nación que apenas comienza a construir su presencia en el espacio.
Liderado por la Fundación de Investigación Aeroespacial en Bolivia (FIAB), este proyecto no solo representa un salto tecnológico, sino también una oportunidad para transformar sectores estratégicos del país.
Aunque ya se ha conseguido el pasaje de lanzamiento, el reto más inmediato sigue siendo obtener el apoyo económico necesario para terminar el armado del satélite, ya que no se trata de un simple robot, sino de un artefacto altamente especializado que requiere tecnología, materiales y sensores que no están al alcance de todos los bolsillos.Waskiri-Sat está diseñado para portar sensores capaces de capturar datos que puedan modelar temas de incendios y podría portar también otro tipo de sensores que abriría la puerta a aplicaciones revolucionarias en agricultura, minería, recursos hídricos y forestales.
Por ejemplo, en el sector agrícola, estos sensores permitirán la detección temprana de plagas, estrés hídrico y problemas en los cultivos, optimizando el uso de recursos y mejorando la productividad.
La información satelital ayudaría a los productores a tomar decisiones más acertadas, reduciendo pérdidas y aumentando la rentabilidad de sus tierras.
Para la minería, el satélite facilitaría la prospección y el monitoreo de reservas, permitiendo una gestión más eficiente y sostenible de los recursos naturales, además de ayudar a mitigar el impacto ambiental de las actividades extractivas.
En el ámbito de los recursos hídricos, los sensores de un CubeSat podrán seguir la evolución de las fuentes de agua, detectar contaminación y apoyar la planificación de infraestructuras para el abastecimiento y la protección de este recurso vital. Esto es especialmente relevante en un contexto de una creciente demanda de agua para consumo y producción.
En el sector forestal, el satélite permitiría monitorear la deforestación, los incendios y los cambios en la cobertura vegetal, contribuyendo así a la conservación y el manejo sostenible de los bosques bolivianos, que son patrimonio nacional y global.
La construcción de Waskiri-Sat no es solo un desafío técnico, sino también una apuesta por la soberanía tecnológica y la innovación nacional. FIAB ha logrado reunir una comunidad de investigadores, estudiantes y entusiastas que, desde la Universidad Católica Boliviana y otras instituciones académicas, trabajan incansablemente para hacer realidad este sueño.
Sin embargo, el camino no está exento de obstáculos: la búsqueda de financiamiento requiere el compromiso de entidades públicas, privadas y la sociedad civil, conscientes del valor estratégico que representa para el desarrollo de Bolivia.
Por ello, el pasado viernes 19, se llevó a cabo la Primera Reunión Aeroespacial, para presentar esta iniciativa y compartir con aliados del área de ciencia y tecnología, para generar sinergia y lograr más reconocimiento por parte de la sociedad, así como también educar más a nuestros jóvenes y a cualquiera que sea un apasionado de esta área.
Este proyecto es un símbolo de lo que puede lograrse cuando la ciencia, la educación y la voluntad política se alinean. Bolivia ya tiene el pasaje al espacio; ahora falta cerrar el círculo y convertir el sueño en realidad, con la mirada puesta en los beneficios tangibles para la agricultura, la minería, los recursos hídricos y los bosques del país.
Waskiri-Sat no es solo un satélite, es la semilla de un futuro más innovador y sostenible para Bolivia.
Cecilia González Paredes es Ms.C, biotecnóloga y comunicadora científica.
