Bruějula Digital 1000px x 155px
Bruějula Digital 1000px x 155px
30/07/2023
Con la boca abierta

Barbie vende chicles

Sonia Montaño Virreira
Sonia Montaño Virreira

“Ella está súper feliz”, dijo la asesora de imagen refiriéndose a la niña de 10 años a quien fotografió junto a la nueva Barbie. Le pareció “tierno” que la niña trabajadora de Cochabamba que vende dulces para “ayudar” a su mamá exclame ¡guau! Nada mejor que hacerlo el Día de la Amistad. El Señor no se olvida de sus angelitos...

Cuenta la leyenda que a la niña no le gustó la foto, pero ya era tarde. Antes de que cante un gallo y después que la hermana de la asesora subiera la foto a las redes y ésta se hizo viral, muchos corazones buenos se conmovieron, la llevaron a ver la peli -gran detalle-, la colmaron de regalos y un diseñador que hoy es más famoso le hizo el vestidito rosado que ha vuelto a ser como corresponde, el color de las chicas; hasta la nombraron “la verdadera Barbie boliviana”. ¿A quién se le ocurrió que vulneraban sus derechos? Por suerte a nadie ¡Uf! ¡Que siga la celebración!

La nueva película muy a tono con las nuevas tendencias resucita un personaje que ya estaba en el cajón de los recuerdos o en el basurero del olvido y lo hace -eso dicen- convirtiendo a la Barbie en una mujer distinta a la original para beneplácito de quienes quieren ver cambios cosméticos, algo es algo. Gracias a ella, entiendo que ahora las niñas ya tienen un ícono que extiende el rosado a las gordas, a las morenas, a las feas en general y pone el acento en la inteligencia y eso ya es algo digno de fomentar, dirán los bienpensantes que quieren maquillar la vida.

Sin querer queriendo, las protagonistas de esta noticia alimentaron la gran campaña de marketing que acompaña la película y que ya cuenta con un público boliviano que va a ver una Barbie resucitada, renovada, maniquea y hasta un poco feminista, que es lo que hoy se estila. No canten victoria, les digo, ya han surgido clubes machistas que reclaman el deslucido lugar que ocupa Ken en la película.

Todo, como dice la fotógrafa y asesora de imagen, “fue muy espontáneo, nada preparado”. Y para su suerte no le “quedó más que darle una ayuda” a la niña. Lección aprendida: la próxima vez prepárense mejor y podrán hacer felices a más niñas vendedoras callejeras, asegurar el pasaporte al cielo y hasta podrían ver a algunos políticos vestidos de rosado como lo ha hecho el Presidente Petro en Colombia. El errático Presidente del hermano país ha dado un ejemplo de cómo enfrentar su crisis haciendo coincidir sus fiestas patrias con la película de Barbie. Si se siguen poniendo creativos, en la próxima reunión de la CELAC todos se sacarán una foto de rosado. Muero por ver a Lula, a Maduro a Xiomara y Boluarte vestidos de Barbie.

Mientras tanto la niña seguirá haciendo uso de una ley que gracias al progresismo del Presidente Morales le permite trabajar legalmente. Aunque el trabajo desde los 10 años debería ser considerado un abuso y una excepción en la ley boliviana, en la práctica lo legaliza y es algo habitual. Bolivia figura entre los países con la edad más baja para trabajar. Como dicen los neoliberales de todo color, esas leyes buscan acabar con el “dogma quijotesco” de prohibir el trabajo infantil y otorgarles a niños y niñas vulnerables el “derecho” a decidir -disculpas por los entrecomillados- cuando no tienen opción mientras el estado no cumpla su obligación de proteger efectivamente sus derechos.

A estas alturas la Barbie boliviana ya debe estar en su pueblo, asistiendo a clases y nadies (sic), ni el justiciero ministro de justicia ni el de educación ni la ministra de la presidencia recientemente convertida en feminista, en fin nadies, habrá actuado para preguntarse cómo así un país que ya se cree del primer mundo, que negocia en yuanes, que firma acuerdo nuclear con Irán, todavía tiene un ejército de niñas y niños que trabajan en la calle. Su madre seguirá vendiendo dulces en la otra esquina.

Sonia Montaño Virreira es socióloga y feminista.



Banner BD 160724
Banner BD 160724
bk-cuadrado
bk-cuadrado