El país intentaba apostar por el desarrollo de las micros y pequeñas empresas. Desde el Estado se crearon programas de apoyo, algunas ONG también aportaron en esa dirección. Pero las empresas públicas hacían todo lo contrario.
A las micro y pequeñas empresas se les indicaba que no se podía invertir con éxito si es que no se tenía un plan de negocios coherente. Se tenía que observar el plazo del retorno de la inversión. Si requerían crédito en el plan de negocios, se tenía que mostrar cómo pagar el crédito.
También se les recalcaba que se inviabilizaba la inversión si las materias primas o los mercados estaban lejanos. Se explicaba que las inversiones debían respetar el medioambiente. En fin, esos eran los requisitos que se les explicaba para que las inversiones funcionen positivamente.
Sin embargo, en la implementación de las empresas públicas se hacía todo lo contrario. Ingenio azucarero donde no había caña de azúcar; fábricas de cemento donde no había materia prima ni mercado. Por lo menos eso extraemos del informe del ministro Lupo sobre la situación de las empresas.
Una de las explicaciones de la actual crisis económica radica en la permanente inestabilidad financiera y cambiaria, así como en la ejecución de las reservas internacionales en la creación de empresas. Es más, señaló que estos recursos fueron licuados en la creación de empresas. Nos dijo –según Urgente.bo– que “entre 2006 y octubre de 2025 fueron Bs 103.993 millones desembolsados de diferentes fuentes de financiamiento (reservas del BCB, Eximbank China, JICA, DANIDA, CAF, BID, FICREP, AFD y TGN) a las empresas públicas”, señala el informe.
Entre las entidades observadas por el Ejecutivo figuran dos empresas de producción de alimentos, una cementera, una azucarera, la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), Boliviana de Aviación (BoA) y Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), además de otras compañías estatales.
También nos dijo en su informe que entre el año 2006 y 2024 se habían creado 67 empresas públicas y que sólo tres eran rentables (YPFB, Comibol Y ENDE). Pero, paradójicamente, esas tres empresas no habían sido concebidas por el gobierno del MAS, pues YPFB fue creada en 1936, la Comibol entró en vigencia en 1952, ENDE fue fundada en 1962,
Si bien esas tres empresas respondían más a criterios políticos y no técnicos (por ejemplo, la Fundación Jubileo señala que el presidente de YPFB era el Ministro de Hidrocarburos, es decir un político), eran las únicas rentables.
Lupo también afirma que de las 67 empresas 14 son inviables y que fueron implementadas usando nuestras reservas internacionales (Bs 53.945 millones de bolivianos equivalentes a $us 7.750 millones) y que solo se recuperó el 18% de dicha inversión. La recuperación de los otros $us 6.000 millones está en duda.
También se utilizaron de las reservas internaciones, $us 2.205 millones en las empresas EBA, Acebol, EEPAF, Emapa, Envibol, Quipus, Senatex, Yacana, Mutún, BOA Editorial del Estado, Eabsa, EBIH y YLB. El Ministro considera que todas estas empresas son inviables.
En la inversión en estas empresas no se respetó el más mínimo criterio técnico pues, durante los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce, las decisiones de constituirlas fueron políticas, en muchos casos electorales, y, al parecer, el común denominador fue la corrupción.
El ministro Lupo afirmó que el costo de la corrupción en estas empresas llegó aproximadamente a $us 1.463 millones y que la mayoría fueron creadas durante la gestión de Morales (2006-2019). Otros $us 1.132 millones fueron utilizados en la construcción de plantas industriales, impulsadas durante el gobierno de Arce (2020-2025), dentro de la política de sustitución de importaciones.
De esta manera el gobierno nacional está cumpliendo con transparentar dónde se destinaron los recursos monetarios pertenecientes a todos los bolivianos. Ahora falta saber cómo saldremos de esta situación y, lo más importante, cómo recuperaremos los recursos.
Rodolfo Eróstegui es experto en temas laborales.
