Conforme avanzaba la obra, los pequeños asentamientos humanos de la zona de El Sillar fueron mejorando sus condiciones de vida impulsados por la actividad.
Doble vía El Sillar
Promoción Empresarial|09|09|24
En torno a la doble vía que atraviesa la zona de El Sillar orbitan decenas de pequeños caseríos cuyas viviendas, en los últimos años, han pasado de palafitos de madera a construcciones de ladrillo y cemento, con comercios que están prosperando y dinamizan la economía de la región.
Este salto cualitativo es el resultado de la construcción de la carretera y la presencia de los centenares de trabajadores que la vienen edificando desde el año 2016. La doble vía le ha dado vida a la zona.
“Con esta doble vía todo ha mejorado, hay más venta, todo ha mejorado hasta he podido alquilar para tiendas los cuartitos que me he construido aquí. Todos han dicho que es el mejor camino de Bolivia, ahora vienen hartos turistas y eso nos dicen, que parece carretera de otro país”, relata Nabor Siles, un poblador que nació en la zona en 1956.
Más allá de los beneficios evidentes de la carretera: reducción del tiempo de viaje, incremento de la seguridad, transitabilidad constante… hay ventajas colaterales y la más importante es el desarrollo económico en los márgenes de la vía.
En las proximidades a los campamentos de Sinohydro, la empresa responsable de la construcción de la doble vía, los negocios rebosan alimentados por las demandas de los trabajadores.
Por ejemplo, cada obrero recibe un estipendio de alimentación equivalente a 35 bolivianos diarios, que los utiliza para comprar comida en los negocios que han florecido por la zona y cuya prosperidad es evidente.
En el diseño de la carretera también se tomó en cuenta espacios como zonas de descanso para los transportistas, que también se han convertido en pequeños polos de desarrollo donde se asientan comerciantes de todo tipo.
El desarrollo es tan evidente que las comunidades que viven más allá de los puntos de inicio y final de los 32 kilómetros han comenzado a demandar a las autoridades que se extienda la construcción en ambas direcciones, no solamente para completar la construcción de la doble vía entre Santa Cruz y Cochabamba, si no también para llevar el progreso al resto de la región.
“Mucho tiempo hemos sufrido, yo he nacido aquí en 1955. He visto todo desde el principio, para llegar hasta Cochabamba tardábamos un día en mula y otro en camión, así apenas llevábamos nuestros productos. Ahora nuestra vida ha mejorado mucho, sobre todo desde que han construido esta doble vía”, resume Nabor Siles.