La semana pasada hemos vivido un sainete más de la política y la justicia boliviana, vale puntualizar, de la justicia masista, porque aunque nuestro país nunca gozó de un sistema judicial perfecto, nunca en la historia estuvo esta tan devaluado como desde que el MAS se hizo cargo del país.
Como es sabido por todos, la jueza Moreno decidió suspender el juicio que se le ha iniciado en Tarija a Evo Morales por estupro y tráfico de menores, algo que alegró como era de esperar al expresidente y a su entorno. La alegría no duró mucho porque esta suspensión fue anulada inmediatamente por otro juez y la jueza Moreno fue perseguida, detenida y llevada a Palmasola con una eficiencia que haría envidiar hasta a algún país alpino.
Es indudable que la jueza en cuestión cometió prevaricato, sin embargo el procedimiento utilizado para encarcelarla ha sido de lo más burdo.
Ahora bien, aunque no sorprende, lo interesante es recalcar las afirmaciones hechas por personas del entorno de Morales, el exprocurador Chávez, por ejemplo, se ha lanzado con la torpísima aseveración de que Morales no ha cometido ningún delito al usar sexualmente a una menor de edad, porque esta no se ha considerado víctima. Y una lista de casi treinta exministros de Estado, vale decir la cúpula del gobierno de Evo Morales, firmó una carta protestando por el abusivo trato a la jueza, considerándola así una víctima.
La norma legal que considera el estupro un delito, aplica perfectamente, o mejor dicho en forma superlativa, al caso de Morales, el hombre más poderoso y (horror) más admirado por cierto sector, que hace abuso de su condición para inducir a una joven menor de edad a tener relaciones sexuales. Aclaremos, la de Morales no es una historia de amor a la antigua, cuando en generaciones anteriores hombres mayores se casaban con muchachas muy jóvenes y terminaban construyendo familias (relativamente) felices. Morales no formó pareja con la joven de marras, solo la usó.
El tema principal es que no se puede aceptar que el primer ciudadano de un país, el presidente, incumpla la ley, en cualquier circunstancia, mucho menos en una que afecta los derechos de una menor de edad. Y bueno, la carta firmada por los exministros y otras ex altas autoridades es una prueba prístina de que a la médula de ese partido no le molesta en absoluto que se burle la ley; por lo visto, no es que ellos no sabían que Morales cometía estupro, sino que les parecía absolutamente normal y aceptable.
Quienes han firmado la carta de marras de alguna manera se ponen en evidencia, muestran su aquiescencia con los desmanes cometidos por Evo. Y claro, no debemos olvidar que no es que Morales tuviera solo pecados privados, su total irrespeto a la Constitución, que él mismo hizo promulgar: por ejemplo al presentares para un tercer y cuarto mandatos.
Los abusos de poder que hemos soportado los bolivianos no son el producto del comportamiento de unas personas; para que eso suceda se precisan demasiados cómplices, demasiadas personas que miran a un lado cuando se comete una injustica. Sabemos que lo que hace el gobierno de Arce es una persecución política contra Evo Morales, pero eso no quita en un milímetro que él cometió un delito (que dicho sea de paso, no fue el único) y debe someterse a los consecuencias de su accionar.
No estamos seguros de que nos puede deparar el futuro poseleccionario, pero que no será tan malo como el presente. Eso sí, hay que hacer todo lo posible por evitar la continuidad de un sistema que realmente nos ha dañado y que ha tenido como uno de sus principales pilares el abuso de poder.