El surgimiento del MAS y su implosión actual

Estamos asistiendo a la implosión del partido que nos gobernó durante casi los últimos 20 años. ¿Es un partido? Para empezar, revisemos cómo nació el MAS siguiendo el libro de Moira Zuazo con ese título (FES, 2008). Emergió del “Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos”, organización cuya creación se hizo efectiva en 1995 –el año siguiente a la aprobación de la extensión de los municipios a las áreas rurales y de que la mitad de los diputados sean electos en circunscripciones uninominales (1994) – con el propósito de integrar la Bolivia “de usos y costumbres campesino-indígenas” con la Bolivia urbana.

El instrumento se conformó por iniciativa de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) e integró, además de la organización fundadora, a la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia Bartolina Sisa (FNMCB-BS), la Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSB) (tradicionalmente denominados “colonizadores”) y la Central Indígena del Oriente de Bolivia (CIDOB). Asumió el nombre de Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (ASP).

La nueva organización política estaba integrada por organizaciones sociales, algo distinto de un partido, porque “los partidos nos dividen” y lo que los aglutinó fue la criminalización de los campesinos que cultivaban coca y su represión con intervención de una agencia de los Estados Unidos. En 1997 ganó cuatro diputaciones uninominales, una de ellas, la conformada por las provincias Chapare y Carrasco, con el dirigente de los campesinos que allí cultivaban coca, Evo Morales.

En 1998 la CSUTCB se dividió en dos, una liderada por el dirigente cocalero, cuyo objetivo era postularse a presidente con el apoyo del nuevo instrumento político. Para ello obtuvo la sigla Movimiento al Socialismo (MAS) de una fracción de la Falange Socialista Boliviana. La otra fracción estaba encabezada por Felipe Quispe, fundador y líder del Ejército Guerrillero Túpac Katari, que mantenía las convicciones indianistas: reconstruir el Kollasuyo.

En 2002 el MAS salió segundo en las elecciones nacionales, con Morales como candidato a la presidencia. El nuevo gobierno intentó llegar a un acuerdo con los campesinos del Chapare para limitar los cultivos de coca a cambio de transferencias para desarrollo alternativo, pero ellos no aceptaron y bloquearon la carretera Cochabamba-Santa Cruz por 13 días, bloqueo que terminó con muertos por ambos lados.

Lo que sigue es fácil de recordar: ante el aumento de los precios del gas, surgió en el país un movimiento que exigía incrementar los impuestos a las empresas exportadoras, movimiento que culminó con la “Guerra del Gas” de 2003 y la realización de un referéndum en 2004, en el que se aprobó aumentar las regalías al 50%.

Se plegaron al MAS otras organizaciones sociales y en 2005 ganó las elecciones por mayoría absoluta. Pero no se proponía sólo aumentar los impuestos a la extracción de gas sino expropiar todas las empresas capitalizadas. Se había convertido en partido político: haciendo honor a su nombre, adoptó el “Nuevo Modelo Económico Social, Comunitario y Productivo”, definido en lo fundamental en 1999 por exmilitantes del Partido Socialista 1 (Arce L. 2011, MEFP).

Según ese “modelo” se podría llegar gradualmente al socialismo (a la eliminación de la empresa privada) comenzando por expropiar las empresas mencionadas y convirtiendo al Estado en “el actor fundamental de la economía: (…) planificador, empresario, inversionista, banquero, regulador, productor de desarrollo” (MAS 2005, Programa de Gobierno). Y en 2009 logró cambiar la Constitución con esa finalidad.

El MAS ha aplicado su “modelo” durante sus 20 años de gobierno, lo que en la práctica aumentó el poder político y económico de los gobernantes para poder recompensar a sus seguidores corporativos. Y también privilegiarlos: permitir a dirigentes de los campesinos autodenominados “interculturales” quemar bosques y avasallar áreas protegidas y territorios indígenas (TIERRA, 2025), y a los empresarios denominados cooperativistas incumplir la legislación laboral, ambiental y de comercio exterior.

En la medida en que el “modelo” está fracasando y se agota la capacidad de premiar seguidores, surge la rápida implosión del MAS de la que somos testigos. Su mal de nacimiento fue conformar una organización política con organizaciones sociales: el corporativismo llevó al clientelismo en favor de sus dirigentes. Entre sus herederos políticos, Rodríguez, el que seguramente más votos conseguirá, está respaldado y financiado por los “cooperativistas”, los empresarios que más explotan a sus trabajadores. Por ejemplo, en el Cerro de Potosí, sólo en lo que va del año ya han muerto 54 de sus peones.

Hace tiempo que los indígenas del Oriente abandonaron el MAS. Lo que también deben hacer las organizaciones de los campesinos de tierras altas y bajas es una renovación general de representantes, desde sus subcentrales, y dejar de servir a intereses políticos.

Iván Finot es economista, especializado en descentralización y desarrollo.