Instituciones financieras de desarrollo: más de 35 años fomentando la inclusión financiera

Promoción Empresarial|30|05|24|

Las Instituciones Financieras de Desarrollo (IFD) han desempeñado un papel crucial en la inclusión financiera de las poblaciones vulnerables en Bolivia durante más de 35 años. Según datos recientes de FINRURAL, estas instituciones han otorgado créditos a 574.000 clientes en todo el país. Del total de beneficiarios, el 65% son mujeres y el 45% residen en zonas rurales.

Este esfuerzo significativo se refleja en la promoción del progreso económico y social de miles de personas y organizaciones, especialmente a través del modelo de banca comunal. Este modelo beneficia a individuos de bajos ingresos que, de otra manera, no tendrían acceso a financiamiento.

Las IFD son entidades privadas y sin fines de lucro, con personalidad jurídica propia y reguladas por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) bajo la Ley de Servicios Financieros. Su objetivo es ofrecer servicios financieros con un enfoque integral que incluye una perspectiva social.

FINRURAL, creada en 1993, reúne a todas las IFD bolivianas. “Inicialmente, agrupaba sólo a ONG financieras que operaban en zonas rurales, pero en 1999 se amplió para incluir a instituciones microfinancieras urbanas”, explica Néstor Castro, gerente general de FINRURAL, dijo una nota de prensa de la entidad.

En 2003, las asociadas de FINRURAL optaron por convertirse en entidades reguladas, iniciando un proceso de autorregulación que culminó en 2008 con la inclusión de las ONG Financieras en el ámbito regulatorio de la Ley de Bancos y Entidades Financieras, ahora bajo la supervisión de la ASFI.

Historia y beneficios de la banca comunal

La banca comunal, originada en los Andes bolivianos en la década de 1980, se basa en la premisa de que las comunidades pueden gestionar mejor sus propios sistemas de microfinanzas. Este modelo ha sido implementado con éxito en varios continentes, incluyendo Latinoamérica, África, Asia y Europa del Este.

En Bolivia, la banca comunal ha demostrado ser una herramienta vital para brindar acceso a servicios financieros a personas de bajos ingresos, especialmente en áreas rurales. El modelo se centra en grupos, principalmente de mujeres emprendedoras, que contribuyen regularmente a un fondo común para otorgar préstamos entre los miembros del grupo, agregó el comunicado.

“Uno de los aspectos más destacados de la banca comunal es su enfoque en la inclusión financiera y el empoderamiento de grupos vulnerables”, destaca Castro. Este modelo no solo proporciona acceso al crédito, sino que también fomenta la solidaridad, la cooperación y el desarrollo de capacidades dentro de las comunidades.

Inclusión financiera y servicios integrales

Las IFD no solo ofrecen acceso al crédito, sino también servicios no financieros como programas de educación financiera, gestión de negocios, capacitación técnica y salud. Estos servicios buscan potenciar los resultados del uso de microcréditos y fomentar el desarrollo humano, económico y social.

Las tasas de interés en la banca comunal suelen ser más altas debido al mayor riesgo crediticio, la inflación y los costos operativos. “Algunas instituciones ofrecen tasas fijas, mientras que otras las ajustan según las condiciones del mercado y la situación crediticia de los prestatarios”, explica Castro.

La banca comunal también enfrenta desafíos como el fraude y la mora. “En los últimos tiempos, se han presentado fraudes debido a personas que crean grupos artificiales para beneficiarse personalmente”, informa Castro. “FINRURAL busca mecanismos adecuados para solucionar estos problemas, considerando las necesidades específicas de cada prestatario”.

Actualmente, las IFD están en proceso de renovar la banca comunal, incorporando nuevas tecnologías y ampliando la inclusión tecnológica de sus beneficiarios. “Nuestro objetivo es fortalecer los conocimientos sobre las características y beneficios de este modelo”, concluye Castro.

Las IFD continúan su misión de promover la inclusión financiera y mejorar la calidad de vida de miles de bolivianos, consolidando su papel como actores clave en el desarrollo económico y social del país.

BD/