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Inclusión financiera| 21/04/2023

Opinión - Inclusión financiera moderna y de calidad, una herramienta clave para reducir la pobreza

Opinión - Inclusión financiera moderna y de calidad, una herramienta clave para reducir la pobreza

Fernando Durán Valenzuela

Una de las preguntas más recurrentes que se han hecho los tomadores de decisiones, a lo largo de la historia, es la siguiente: ¿Qué se puede hacer para reducir la pobreza?

Las respuestas, sin duda, han sido numerosas. Las más importantes están relacionadas a los siguientes aspectos:

•  Aumentar las capacidades (físicas e intelectuales) de la población más necesitada para mejorar sus ingresos.

•  Crear fuentes de empleo dignas y reducir las desigualdades de género.

•  Fortalecer el papel de las instituciones, públicas y privadas.

•  Implementar programas de erradicación del hambre y mal nutrición.

•  Mejorar la cobertura de la salud universal, el acceso a servicios básicos y de educación.

•  Fomentar el uso y la gestión sostenible de recursos naturales.

•  Facilitar la productividad agrícola y la seguridad alimentaria, entre otras.

Sin embargo, entre ellas, un elemento complementario clave para reducir la pobreza, impulsar el crecimiento económico y alcanzar el desarrollo sostenible es: promover la inclusión financiera.

La inclusión financiera

Se refiere al acceso que tienen las personas (naturales o jurídicas) a diversos productos y servicios financieros; incluyen: productos de ahorro, crédito, seguros (microseguros, por riesgo climático y muerte, etc.), los pagos de servicios básicos y transferencias de dinero.

Asimismo, la inclusión financiera considera el acceso a servicios no financieros, los cuales están relacionados a la formación financiera (en gestión empresarial, análisis de riesgos, gobernanza, etc.), programas informáticos de toma de decisiones y asesoramiento y experiencia técnica financiera.

Abarca los siguientes elementos: 1) Las posibilidades de acceso e infraestructura; 2) La demanda de servicios financieros; 3) La protección al consumidor financiero; y, 4) La educación financiera. Esta última, conlleva fortalecer la promoción de las aptitudes, habilidades y conocimientos de la población en general, para que ésta efectúe un adecuado manejo de sus finanzas personales, evalúe la oferta de productos y servicios financieros, tome decisiones acordes a sus intereses y necesidades.

Inclusión financiera moderna y de calidad para reducir la pobreza

No es desconocido, mucho menos un secreto, que la aplicación de políticas de inclusión financiera trae consigo acumulación de capital, productividad, crecimiento económico y desarrollo. Es decir, impactos positivos para la reducción de la pobreza así como de la informalidad financiera.

Las investigaciones relacionadas a educación financiera demuestran que los países que adoptan un enfoque estratégico de inclusión financiera con la participación de entes reguladores y empresas de telecomunicaciones competitivas, tienden a reducir sus índices de desigualdad de ingresos y de pobreza.

Al respecto, para que puedan darse dichos avances, es necesario promover servicios tecnológicos financieros de calidad, mejorar la cobertura de productos y servicios financieros, optar por la modernización constante, reducir los costos de transacción y disminuir las posibles asimetrías de información del mercado.

En consecuencia, es necesario:

•  Mejorar la inclusión financiera digital.

•  Reducir las brechas de conocimientos informáticos para el uso de aplicaciones digitales y de pagos modernos, especialmente de la población de escasos recursos y adulta mayor.

•  Supervisar continuamente los costos de acceso de comunicación para clientes y velar que sean sostenibles para los proveedores.

•  Aplicar políticas a escala, como la identificación digital universal.

•  Promover los servicios financieros móviles a través de la dotación de equipos de comunicación con acceso a redes y aplicaciones financieras.

•  Implementar programas de educación financiera en todos los centros de enseñanza, con programas y contenidos de acuerdo a la madurez educativa.

Conclusiones

La práctica de políticas de inclusión financiera permitirá mejorar el bienestar económico de la población en su conjunto. Su aplicación estratégica, ya sea por segmentos, poblaciones pequeñas o sectores específicos, convergerá en la reducción de la informalidad financiera y de la desigualdad de ingresos.

En consecuencia, es necesario promover servicios tecnológicos financieros óptimos, mejorar la cobertura de los productos y servicios financieros, modernizarlos constantemente, reducir los costos de transacción para los usuarios e identificar y eliminar las posibles asimetrías de información existentes en el mercado.

Finalmente, es posible lograr un sistema financiero equitativo, desarrollado y competitivo; la educación financiera es el primer paso, lograr una inclusión financiera moderna y de calidad, el segundo.

*Es economista