Desde el año 2003, y con el impulso de la American Heart Association (AHA), se introdujo en el calendario un día para concientizar a todos, principalmente a las mujeres, sobre las enfermedades cardiovasculares; el símbolo utilizado para esto es el vestir de rojo el primer viernes de febrero y difundir consejos saludables en este aspecto.
Históricamente, la prevalencia de infartos cardíacos y embolias cerebrales se ha reconocido principalmente en hombres, situación que se ha ido modificando porque ahora la detección es cada vez mayor y en ambos sexos.
En varias investigaciones de décadas pasadas, de forma predominante los protocolos de estudio incluían a hombres y no a mujeres; a las últimas se las incluía principalmente en estudios relacionados a los órganos reproductores. Por otro lado se creía que las hormonas femeninas protegían al sistema cardiovascular, asunto ya desmentido; con ello se concluye que el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular está presente en hombres y mujeres.
El riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta en la menopausia, no precisamente por los cambios hormonales, sino por factores genéticos y de riesgo vinculados al estilo de vida y sus consecuencias (sedentarismo, obesidad, tabaco); también aumenta cuando se sufre de enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide, que inciden principalmente en las mujeres.
Para el año 2001, tras varios estudios específicos por sexos se determinó que la enfermedad cardiovascular, en particular los infartos cardíacos en mujeres, se presenta de forma más compleja que en los hombres respecto a las manifestaciones clínicas y a la forma y tiempo de ruptura de placas ateromatosas dentro de las arterias coronarias.
Hoy en día el riesgo de morir por un infarto cardiaco es mayor en mujeres respecto a los hombres; las mujeres mayores de 65 años tienen el doble de riesgo de presentar infartos cardiacos respecto a los hombres. Una de cada tres mujeres muere por enfermedad cardiovascular en Estados Unidos.
En Bolivia no se cuentan con estudios diferenciados en cuanto a hombres y mujeres respecto a la enfermedad cardiovascular; el año 2022 el ministro de Salud sí informó que en Bolivia el 24% de muertes se deben a enfermedades cardiovasculares, siendo la primera causa de muerte dentro de las enfermedades no transmisibles.
Por otro lado, estereotipos culturales y sociales asociados a las diferencias de género hacen todavía hoy que el autocuidado predomine en hombres más que en mujeres. Cuando un hombre se enferma, en general manifiesta sus signos y síntomas de forma más notoria; sin embargo, cuando eso pasa en las mujeres, muchas veces estas prefieren no mostrar debilidad porque su rol es cuidar a otros.
Algunos estudios sugieren que los hombres acuden en etapas más precoces en casos de enfermedades cardiovasculares que las mujeres y por tanto tienen un mejor pronóstico. También están descritas situaciones en salas de emergencia en las que, por rasgos discriminadores, el personal de salud considera a una mujer “más dramática, más nerviosa” que un hombre y se toman en cuenta sus síntomas de forma distinta respecto a los de los hombres.
Hoy vistámonos de rojo y recordemos que es importante cuidar nuestra salud cardiovascular; entre algunos consejos se encuentran: dejar de fumar, hacer ejercicio, comer saludablemente y manejar lo mejor que se pueda el estrés.
Cecilia Vargas es médica y docente universitaria.