Grandes medios masivos internacionales, especialmente periódicos, agencias y televisoras, pregonan universalmente que la digitalización y el ascenso de las redes digitales amenaza su existencia. Los periodistas sienten además sobre su cuello el aliento de los avances de la inteligencia artificial.
Tal cuadro, en este momento de poderosos y desenfrenados narcisistas y, en Bolivia, de elecciones que se aproximan o alejan, según el día que toque (o el ánimo de un presidente o de un tribuno) puede ser muy espinoso, al quedar cada vez más claro que una sólida defensa de las libertades de informar y opinar, depende, más que nada de valor y consistencia.
Son dos componentes muy venidos a menos en grandes medios, como se observa en pleno desarrollo de la guerra comercial desatada por Donald Trump y su gurú económico Peter Navarro, alias Ron Vara. Cuando Trump se posesionó, en ceremonia “imperial” (insisto en mi caracterización de paleo imperial) apabulló con decenas de decretos presidenciales y amenazas pomposas sobre inminentes invasiones a Panamá, Groenlandia e inclusive Canadá.
El tono y la intensidad escogidos por los medios de mayor impacto difusivo para propalar estas noticias han contribuido decisivamente a generar la impresión de que el gobierno trumpista puede salirse con la suya, con cualquiera de sus descomunales y desesperados objetivos de potencia decadente. El tono noticioso trumpismo se mueve cómodamente ante el prevaleciente tono tremendista y el espacio mezquino para los análisis que desnuden lo idiota y fanfarrón que resulta pelearse con todos a la vez, basándose casi exclusivamente en potencia de fuego, ya que tecnológicamente Estados Unidos atraviesa una fase de escasez, comparada con la ofensiva pertinaz y eficiente de China.
Y, económicamente, el trumpismo se está encargando a velocidad sin precedentes de empujar las mejores condiciones para estimular un clima recesivo. Al mismo tiempo que recorta impuestos y derriba programas sociales, asesta golpes devastadores a su sector agrícola, exportador a China; reconforma el comercio y matriz de energía, desviando los hidrocarburos canadienses al Asia, al mismo tiempo que presiona sobre los precios internos de sus combustibles.
El desbarajuste causado en su industria automotriz, incluyendo el rubro de su amigo Musk quien ha calificado de imbécil a Navarro, anillo que cae al dedo de Trump, porque es él que lo ha convertido en profeta económico con su teoría sobre los aranceles.
Mientras los grandes medios crean un clima propicio a la imagen de un trumpismo que avanzaría incansablemente, ninguno informa cabal y oportunamente de la resistencia que cosechan las agresiones del gobierno de EEUU, como si los afectados las sufrieran sumisa y mansamente. Al mismo tiempo que estos medios desgranan quejas sobre las agresiones frontales que reciben, igual que jueces, abogados y ciudadanos activos contribuyen a crear un cuadro tan desolador como el que se vive en Gaza con el genocidio implacable y continuo. Omitir o minimizar la información sobre la avalancha de sucesos de contestación y resistencia que van desde grandes pasos de estados enteros a miles de pequeñas gestas e iniciativas personales, apaña y protege a los agresores .
En las redes digitales pueden encontrarse fragmentos de aquella realidad ignorada o subestimada por los grandes medios, pero que requieren de entrenamiento y capacidades críticas básicas entrenadas para no caer en las trampas de los centenares o miles de mensajes de contrapropaganda, igualmente traicioneros y engañosos.
Pasa afuera lo que se reproduce en nuestro país, esta vez con un proceso electoral convertido en desfiles de caricaturas donde, desde el presidente del senado, encandilado con los buenos resultados que puede rendirle su imagen de unificador del MAS, nos muestra sin tapujos desde el arranque que cederá a las pretensiones de la minería pirata, los avasallamientos de y el fuego de colonizadores dispuestos a arrasar con todo lo que se oponga al tráfico de tierras, a la expansión ilegal del mercado de tierras y a la devastación de bosques y biodiversidad.
Al frente, se encuentra una comparsa desbarajustada, con posibilidades casi nulas de ganar, una vez que sus peleas han fragmentado los votos en Santa Cruz que, según su propios cálculos, es la base indispensable para competir con alguna chance.
No se puede hablar de opciones genuinamente opositoras que recién hoy descubren que el TCP está dominado por una banda delictiva, no solo en administración de justicia constitucional, sino en querellas penales .
De eso último ni hablan, porque solo reaccionan y amenazan cuando del TCP nacen rumores de que podría habilitar la candidatura de Morales Ayma al que solo se animan a enfrentar judicialmente, porque electoralmente se sienten incapaces.
No es tan difícil de entender si se toma en cuenta que tanto los que gobernaron y gobiernan como sus oponentes representan recetas demasiado parecidas, con la única gran diferencia de que unos escogen al Estado como protagonista económico y los del frente al sector privado.