El 12 de marzo pasado, después de un panorama reagudizado en cuanto a la falta de combustible que sufrimos desde el año pasado, el presidente Luis Arce emitió un mensaje al país, rodeado de todos sus ministros, sin la presencia del vicepresidente, y anunció un decálogo de medidas negando que el país está en quiebra; esas medidas sonaron a poco para lo que vive cada ciudadano, vayamos una por una:
1. Reducción del uso del parque automotor en el sector público al 50%. Este punto disminuye, supuestamente, el uso de automóviles y su correspondiente gasto de combustible, de quienes trabajan en el sector público; pero los litros utilizados por ese sector representa un porcentaje bajo de ahorro, ese “sacrificio” no es relevante.
2. Incrementar de 50 a 80% la distribución de combustible en las estaciones de servicios. Esto se ejecutará según se tenga o no combustible y será sostenible cuando se tengan dólares; como las exportaciones han caído y los desembolsos de créditos ya aprobados por la Asamblea Legislativa son mínimos (según publicación de Gonzalo Colque, son el 4% de 889 millones de dólares), esta afirmación cae en saco roto.
3. ANH implementará una aplicación para informar oficialmente en qué estaciones de servicio se cuenta con combustible. Podría servir en términos de información y de decidir dónde hacer la fila; además, olvidó un tema clave, la confianza de la población en la información emitida por el gobierno nacional.
4. Estaciones de servicio específicas para la provisión de combustible al transporte público. Volvemos al punto 2, estaciones comunes o diferenciadas terminan en saco roto si no es sostenible la provisión.
5. Priorizar la provisión de combustible para la actividad del sector agropecuario. Se conecta con el punto 2, provisión real y sostenible de combustible, y al punto 3: confianza. ¿Cuántas veces se han reunido y han hecho mesas de trabajo, comisiones y otros vericuetos con ese sector y cuáles han sido los resultados?
6. Garantizar combustible para servicios básicos, servicios de salud, emergencias y desastres naturales. Nos remitimos al punto 2, considerando además que la falta de dólares está influyendo para mal en el tema de equipamiento, insumos y medicamentos para los servicios de salud; muchos medicamentos no llegan ya al país y los que sí llegan están con precios muy elevados.
7. Horario continuo de trabajo para el sector público y privado en todas las capitales del país más El Alto, habilitando también la opción de teletrabajo. Eso lo podría determinar cada empresa y/o institución según su operatividad. ¿Cuál fue la motivación de hace dos años, cuando mediante el DS 4971 determinaron horario laboral discontinuo? ¿Tener a los ciudadanos más ajetreados y ocupados y por lo tanto poco atentos a esto que se veía venir?
8. Clases virtuales en las escuelas de las ciudades de acuerdo a la evaluación que realicen los servicios departamentales de educación. ¿Qué tipo de evaluación y comparado con qué?, ¿educación primaria, secundaria, universitaria? La virtualidad puede ser una herramienta adecuada, pero también ha quedado demostrado, y lo vemos en las universidades, el resultado pésimo en cuanto a retención de información, capacidad de comprensión y pensamiento crítico, asuntos que son de trabajo diario en las aulas. Ante las crisis, y sobre todo después de la pandemia considerando lecciones aprendidas, se tendrían que plantear algunas estrategias para tiempos de crisis como este, en el fondo los países que muestran desarrollo en todas sus aristas han basado sus políticas públicas principalmente en el área educativa.
9. En la ciudad de La Paz se ampliará el horario de atención en Mi Teleférico en La Paz de 05.00 a 23.00 durante este periodo. Sirve, y serviría mucho más a la población si además se disminuyen las tarifas y se promovieran más servicios de calidad como este y los buses PumaKatari; deberían haber además tarifas diferenciadas.
10. Reforzar el control en fronteras, estaciones de servicio y cisternas con efectivos militares. Poco que decir en este último punto porque esto es algo rutinario, o al menos debería ser.
En síntesis, el anuncio del primer mandatario dijo más cosas negativas que positivas; nos dijo que no hay coordinación entre presidencia y vicepresidencia, nos dijo que no hay decisiones ni medidas firmes para enfrentar esta multicrisis, nos mintieron diciendo que necesitan la aprobación de créditos por la Asamblea Legislativa, cuando ni los créditos ya aprobados han desembolsado el dinero. Lo positivo: la certidumbre de elegir bien en agosto 2025 (hay claridad en por quién no votar) y la incuestionable necesidad de elecciones y cambios estructurales en el país.
Cecilia Vargas es cirujana y docente universitaria.