En medio de un injustificado secretismo, el gobierno ha avalado un convenio entre el consorcio chino CBC y Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). Ese secretismo puede ser atribuido a una falta de transparencia en los negocios del Estado o, peor aún, a una carencia de comprensión cabal de la tecnología de Extracción Directa del Litio (EDL). Sólo se ha informado al “dueño” de los recursos minerales que CBC, con una inversión de 1.000 M$, producirá unas 50 mil Ton/año de carbonato de litio (desde 2025), extrayendo el litio de salmueras de los dos principales salares (Uyuni y Coipasa),
La EDL busca revertir, en tiempo, eficiencia y éxito, el fiasco de 800 M$ despilfarrados sin lograr obtener un gramo de carbonato de litio “calidad batería”, mediante la evaporación solar. La EDL, en términos simples, es un proceso mediante el cual se introduce el “chancho” (las sales húmedas) y se obtiene los “chorizos” (carbonato de litio) listos para la venta. Sin embargo, como en el ejemplo, hay que criar el chancho antes del proceso y comercializar los chorizos después; o sea, para cuantificar costos y beneficios, debe analizarse el proceso integral.
Un reciente artículo publicado en Nature Reviews Enviromental impact of direct lithium extraction from brines, de María L. Vera y otros investigadores argentinos, revisa más de 170 papers científicos relacionados con la extracción del litio y proporciona un excelente “estado del arte” del tema. A continuación, intentaré sintetizar cualitativamente esas 17 páginas, enfatizando algunas conclusiones generales para luego aplicar los resultados al caso boliviano.
La tecnología EDL comprende seis métodos, cinco químicos y uno físico, que comparten características generales como: 1) solo un 30% de las pruebas han sido realizadas con salmueras reales y ninguna a escala industrial; 2) los elevados requerimientos, en las varias etapas del proceso, de agua dulce, de productos químicos y de energía y el tratamiento de los residuos de las salmueras varían de un salar a otro, debido a los diferentes entornos climatológicos y a la distinta composición de las salmueras; 3) la EDL debe ser evaluada como un proceso integral, que va desde el bombeo de las salmueras a la comercialización de los productos refinados, pasando por el proceso de industrialización e incluyendo los impactos ambientales; 4) la EDL no se limita a la extracción de litio sino de otros compuestos presentes en las salmueras (potasio, sodio, magnesio, boro).
En el caso específico de Uyuni, el artículo sugiere que, ANTES de emprender el proceso EDL, debido también a las conocidas desventajas que presenta ese salar en cuanto a composición e impurezas (altos porcentajes de magnesio): (a) se cuantifique los volúmenes requeridos de agua dulce y sus fuentes locales (número y ubicación de pozos); (b) se estime en todo el proceso, según el tipo de EDL, cantidad y fuentes de energía (¿solar y gas?); (c) se cuantifiquen los otros recursos minerales, con base en la certificación de las reservas; (d) se realice el monitoreo ambiental pre y post EDL, mediante series de tiempo largas y precisas de las variables climatológicas del sistema; (e) se tenga un plan de tratamiento de los residuos y se evalúe su impacto ambiental.
En suma, antes de lanzarse a la piscina, construyendo plantas, es necesario comprobar la sostenibilidad del proceso. Eso implica tomar datos y realizar test “in loco” y no sólo en laboratorio; tener un plan de negocio que permita, aplicando la economía circular, salir del mero extractivismo y, hecho no menor, distraernos menos con porcentajes de regalías, y abocarnos más a lograr una participación en los eslabones más lucrativos de la cadena del litio.
Francesco Zaratti es docente e investigador Emérito en el Laboratorio de Física de la Atmósfera de la UMSA, especialista en temas energéticos, escritor y analista
@brjula.digital.bo