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Inclusión financiera| 19/11/2022

Inclusión financiera con rostro de mujer

Inclusión financiera con rostro de mujer

Lograr equidad de género en la inclusión financiera es aún una tarea compleja que demanda acciones rápidas y agresivas.

Visión Sostenible |19|11|22|

La equidad de género en las entidades financieras no solo tiene que ver con las culturas internas, sino con el tipo de estrategia que se aplica para que la inclusión también tenga rostro de mujer. Aunque la tendencia parece indicar que la mayoría de los bancos apunta a resolver esta diferencia, las brechas todavía son anchas y profundas, y demandan acciones más rápidas y agresivas.

De acuerdo con el último reporte de inclusión financiera de Credicorp, la diferencia entre hombres y mujeres continúa representando un desafío. Casi el 46% de los hombres están incluidos, mientras que en el caso de las mujeres ese porcentaje llega solo al 42.7%. Las diferencias se acentúan a medida que la edad aumenta y esto se agrava especialmente en el área rural, donde las mujeres mayores de 60 años están entre los grupos más excluidos del sistema.

Pero ¿cuáles son las soluciones o políticas que se adoptan en la banca para resolver esta diferencia? Las tareas comienzan por dentro. En otras palabras, si las entidades financieras no están comprometidas con un cambio cultural interno que promueva la igualdad de oportunidades entre sus propios colaboradores, será más difícil seguramente que contemplen iniciativas orientadas a incrementar los niveles de inclusión financiera de las mujeres.

No se trata solo de aplicar compresas temporales a un problema estructural, sino de asumir un compromiso que atraviesa transversalmente todas las áreas de un banco hasta que la equidad no sea ya una conquista, sino un comportamiento que refleja el valor de la igualdad en el día a día.

En Bolivia son varias las entidades que han seguido este camino. En el caso del Banco de Crédito BCP, por ejemplo, se ha establecido una metodología clara para erradicar toda forma de acoso – verbal, físico, etc.– y eventualmente sancionar drásticamente ese tipo de conductas una vez que han sido investigadas y comprobadas.

“Hay ciertos comportamientos que, de una u otra forma, se habían normalizado como el piropo subido de tono, las insinuaciones, el lenguaje discriminador, etc. Ahora en el BCP hay tolerancia cero con ese tipo de conductas. A eso debe sumarse que somos una entidad donde un porcentaje importante de los cargos ejecutivos está ocupado por mujeres”, señala una de las funcionarias responsables de supervisar la aplicación de este plan.

La congruencia entre políticas internas y estrategias externas de inclusión financiera es fundamental. Recientemente, el mismo banco suscribió un convenio con la organización Emprender Futuro para empoderar a más de 2000 mujeres en una primera etapa, a través de capacitación en diverso tipo de destrezas y habilidades administrativas y de liderazgo, de manera que la inclusión financiera vaya también de la mano del aprendizaje.

Solo funcionarias de banca empoderadas pueden empoderar e incluir a otras mujeres y contribuir así a disminuir la brecha de inclusión financiera que prevalece en la mayoría de los países de la región.

“La tecnología también juega un papel y en general los canales alternos. Mientras más amplia sea la presencia de la banca en el territorio, mientras mayor sea el número de los ATM, agentes, billeteras móviles, etc., mayor será la posibilidad de que mujeres de todos los segmentos sociales y de todos los grupos de edad, sean parte de la comunidad financiera”, concluye.