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Inclusión financiera| 15/09/2022

Bancarizar las remesas e inclusión financiera

Bancarizar las remesas e inclusión financiera

Durante el 2021, a Bolivia llegaron 1.398,7 millones de dólares en remesas.

Visión Sostenible |15|09|22|

Un reporte del Banco Mundial le puso el ojo a las cifras de las remesas a nivel mundial; en éste se da cuenta sobre un crecimiento de 4,2% para este año, lo que hace prever que unos 630 mil millones de dólares llegarán a países de ingresos bajos y medios hasta fines de 2022.

Ya en el 2021, los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe se incrementaron significativamente, un 25,3% respecto a 2020, lo que significó 131 mil millones de dólares que trabajadores latinoamericanos que viven en países desarrollados transfirieron a sus familias.

En Bolivia, este fenómeno no es la excepción. El año pasado, llegaron 1.398,7 millones de dólares en remesas, con un incremento similar al que se dio en la región respecto a 2020 (25,4%); mientras que, al primer semestre de 2022, el país recibió 724 millones de dólares de remesas, es decir, un 5,9% más que el mismo periodo de 2021.

Las remesas significan un monto importante, tanto o más que algunos rubros de exportación, para el ingreso de divisas, en un momento en el que éstas no son abundancia (se calcula que las reservas en moneda norteamericana alcanzan alrededor de 1.000 millones de dólares) en los reportes sobre las reservas internacionales netas (RIN) que reporta el Banco Central de Bolivia (BCB).

No obstante, el monto de estos envíos que hacen los trabajadores fuera del país muchas veces no ingresa al circuito formal de la economía y menos al sistema financiero, lo que tampoco engrosa el reporte de las RIN. El desafío es aprovechar que este flujo de dinero, pueda ingresar al circuito formal de la economía y genere además procesos de inclusión financiera.

Una buena práctica, planteada en un reporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es el diseño de productos centrados en el cliente, como cuentas de ahorro específicas para la recepción de remesas. Este tipo de productos permitiría además a las personas solicitar créditos para sus propios emprendimientos o hasta pagar seguros de salud o viajes, como lo ilustra el reporte de la CEPAL sobre el Banco de Ahorro y Crédito ADOPEM, en la República Dominicana.

Si bien las remesas suelen ser destinadas en gran parte al consumo de bienes esenciales (comida, vivienda, servicios), la oportunidad de aprovechar la regularidad de los depósitos en una cuenta sin fricciones ni costos adicionales (sin costos de mantenimiento ni límites de retiros, por ejemplo) como contraparte para emprender puede ayudar a que la bancarización promueva un desarrollo más inclusivo.

Incorpora en su política de evaluación de crédito las remesas que estas familias reciben como un ingreso adicional. Tomar en cuenta las remesas como un ingreso adicional del hogar contribuye a crear un ecosistema de inclusión financiera que permite que las familias receptoras califiquen para créditos de mayor valor. Esto requiere una valoración de riesgo adecuada ya que en muchos casos las remesas son una fuente de ingreso estacional o no comprobable.

Esta práctica la lleva a cabo el Banco BHD León, en la República Dominicana. En la evaluación de crédito, para estimar la capacidad de pago de un cliente receptor de remesas considera el flujo de remesas como parte de sus ingresos, pero solo en los casos en que dicho flujo tiene alta recurrencia, y solamente un determinado porcentaje ya que con frecuencia es un ingreso comprometido para consumo.

Por ejemplo, en la República Dominicana, el Banco Unión ofrece una cuenta en la que sus clientes pueden recibir remesas mediante depósitos directos, denominada Cuenta con ella. Esta cuenta se puede vincular a otros servicios como una cuenta de ahorro programado denominada Cuenta clavo, en la que el cliente autoriza a Banco Unión a transferir un monto específico de ahorro todos los meses o un crédito denominado Avances de remesas, destinado a resolver un problema, emergencia o necesidad que surja antes de que llegue la remesa, hasta por un monto máximo equivalente al promedio de las remesas recibidas los últimos tres meses. Ninguna de estas cuentas tiene comisiones ni saldos mínimos, los retiros son gratis ilimitados y pagan un interés anual. Estas condiciones reducen los costos de transacción de los clientes e incentivan el uso de los servicios financieros.