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Equidad| 22/08/2022

Estereotipos de género y sexismo aún son determinantes en el mundo laboral

Estereotipos de género y sexismo aún son determinantes en el mundo laboral

Hoy en día todavía se registran brechas de género en campos académicos y laborales.

Visión Sostenible |22|08|22|

Un informe publicado por el Banco Mundial el año pasado mostró que la fuerza laboral de las mujeres representaba un 39% a nivel global y, de esa cifra, pocas funciones tienen que ver con puestos de liderazgo. De acuerdo con expertos en desarrollo con equidad, esto podría deberse a los estereotipos de género y sexismo que persisten a la hora de elegir una carrera universitaria. Esta situación imperceptible, pero vigente, asegura más oportunidades para un género frente al otro, a pesar de los avances significativos frente a la desigualdad.

La educación a lo largo de la historia ha llevado a la humanidad a cuestionar y descubrir nuevos conceptos y formas de ver el mundo. Sin embargo, dichos descubrimientos tuvieron como autores principales a hombres, no porque sean más inteligentes o capaces; sino por las oportunidades que se tuvo a diferencia de las mujeres.

El incremento de investigaciones, teorías y avances realizados por mujeres tomaron forma cuando ellas tuvieron acceso a la educación, aunque se tardó bastante en reconocer y dar crédito a estos trabajos. Ciertamente, esto indica que la inteligencia no reside en un género en específico, sino en la preparación que tenga la persona bajo el privilegio y acceso al conocimiento.

¿Por qué aún se registran brechas de género en campos académicos y laborales?
Un estudio en la Universidad de Chile concluyó que los números de admisión en carreras exactas como Física, Economía, Informática o Ingenierías presentan un porcentaje muy bajo que corresponde al género femenino. Es así que los hombres entran a estos campos de estudio y, posteriormente, la presencia de las mujeres queda paulatinamente relegada, debido la falta de confianza en ellas mismas.

El acortar las brechas en carreras antes monopolizadas por los hombres es un desafío para los Estados, pero también para el ámbito privado; y convoca el esfuerzo mancomunado a través de sinergias que pueden tener un impacto en la sociedad desde diferentes flancos. Una reciente iniciativa que ha surgido en Bolivia es una campaña denominada “El rosado es solo un color, lo que significa lo defines tú”, resultado de una alianza inédita entre la marca de shampoo Sedal, ONU Mujeres, la organización sin fines de lucro Plan Internacional y Fundación Pro Mujer, que se dedica al empoderamiento de las mujeres.

“Sedal, desde su posición como una marca preferida por las bolivianas, suma fuerzas en un movimiento para eliminar los estereotipos que frenan el desarrollo de las capacidades de las mujeres en todo su potencial. El sentido de esta iniciativa es transitar de un rosado que simboliza suavidad o hasta fragilidad, a una resignificación como un emblema de fortaleza, superación, osadía, evolución y equidad. Sumamos esfuerzos entre instituciones que tenemos como objetivo común potenciar el desarrollo de las mujeres”, explica la Gerente Nacional de Marketing de Unilever, Shadyah Eid.

Estereotipos desde la cuna

La elección de carreras profesionales no solamente radica en la libre elección de los jóvenes, sino también en los estereotipos que los rodean en todo el proceso de crecimiento. Si bien tanto hombres como mujeres pueden elegir la ruta académica que desean, cabe mencionar que la presión social que se ejerce en ambos géneros respecto a su capacidad y potencial es muy distinto.

“Hasta hace no tanto se pensaba que las mujeres tenían que dedicarse a los cuidados, que no podían trabajar o estudiar. Ahora se piensa que pueden estudiar, pero cosas asociadas al rol femenino como Enfermería o Medicina, no carreras técnicas”, dice Milagros Sainz, directora del grupo de investigación GenTIC de la Universidad Abierta de Cataluña en un artículo del periódico El País.

Un ejemplo de ello es la designación de tareas en los lugares de trabajo. Según Lise Vesterlund, profesora de economía en la Universidad de Pittsburgh, las mujeres tienen más probabilidades de que les pidan realizar tareas domésticas en lugar de actividades laborales a comparación de los hombres. Estas situaciones reafirman el sexismo en el trabajo e, inevitablemente, impide que las mismas realicen las tareas que realmente se les asigna en sus empresas o instituciones.

Según expertas en distintos rubros, la solución a este problema es visibilizar el trabajo y acciones que tienen las mujeres que se encuentran en posiciones de poder dentro del mundo laboral para servir de ejemplo a las nuevas generaciones. Los estereotipos se encuentran vigentes, pero poco a poco es necesario cerrar esas brechas que impiden que todas las personas demuestren su verdadero potencial académico. A ello también podría sumarse una educación mucho más neutral sin la preasignación de roles de género que muchas veces bloquean y cierran el paso a que las niñas exploren nuevos temas de interés.