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Buenas prácticas| 21/05/2022

“Se necesita profesional joven, sin experiencia”

“Se necesita profesional joven, sin experiencia”

En Bolivia, un porcentaje muy reducido de jóvenes que acceden al mercado laboral obtiene un empleo de calidad.

Visión Sostenible |21|05|2022|

Planes gubernamentales de empleo para jóvenes e iniciativas empresariales destinadas a generar oportunidades a nuevos profesionales son parte de las acciones que se realizan desde los sectores público y privado para resolver la necesidad del acceso a un trabajo de calidad.

Se calcula que en Bolivia cada año más de 100 mil jóvenes se incorporan al mercado laboral, pero un porcentaje muy reducido es el que consigue un empleo de calidad. Buena parte se va al sector informal –la tasa de informalidad es del 81%– y no son pocos los que conforman el ejército de los “ninis”, es decir, el de aquellos que ni estudian ni trabajan.  

Aunque las personas con educación completa corren con ventaja y mejores condiciones laborales respecto a grupos con mayor rezago educativo, conseguir un buen trabajo no es tarea fácil, ni siquiera para aquellos que han tenido un buen desempeño académico en las universidades.

“Soy licenciado en economía de una universidad privada. Salí hace dos años y hasta ahora solo he conseguido algunos trabajos eventuales. En todas partes piden experiencia, pero cómo va a tener uno experiencia si no ha trabajado antes”, lamenta Alberto G.

La de Alberto es una historia que desgraciadamente comparten miles de jóvenes bolivianos. No solo los que concluyeron exclusivamente el bachillerato, sino los que pasaron por la universidad, y que incluso concluyeron una maestría, experimentan dificultades para acceder a un empleo.

“Primero busqué un empleo dentro de mi profesión, pero no conseguía nada. Así que al final acepté un trabajo que no tiene nada que ver con lo que estudié, pero por lo menos me permite ganar unos pesos y ayudar en mi casa”,  apunta Ruth L., comunicadora social y actual dependiente de una tienda de electrodomésticos.

Ante este cuadro, desde el gobierno, pero también desde las empresas se han diseñado estrategias de empleabilidad para jóvenes. El Plan de Generación de Empleo, impulsado por el Ministerio de Planificación del Desarrollo, por ejemplo, contempla dos iniciativas para la contratación de personas de entre 18 a 25 años sin estudios y para el grupo cuyas edades van de los 18 a 35 años y que han concluido alguna carrera.

En los dos casos, el Estado aporta con el 30% del salario mínimo por once meses, aportes patronales, además de las duodécimas de aguinaldo. De esa manera, las empresas que se acogen a este plan logran de un 21% a un 44% de ahorro en la contratación por cada joven incorporado, según la modalidad.

Pero, además de las iniciativas gubernamentales que han tenido buena acogida en el sector privado, existen otras que tienen el mismo objetivo y que han comenzado a dar los primeros resultados.

Es el caso de Pool 10, por ejemplo, una competencia que promueve el Banco de Crédito BCP y que busca a los 10 mejores profesionales desde el último semestre hasta un año después de egresados, para puestos de trabajo relacionados con su formación profesional.

“No es solo una pasantía, que tiene algún provecho para la empresa y para el estudiante. Lo que proponemos es que los jóvenes profesionales participen de una competencia para acceder a un empleo remunerado y que, además, tengan una especie de padrino dentro del banco, que los ayude a desenvolverse mejor y a quedarse en planilla”, explica el gerente de Gestión y Desarrollo Humano, Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social Empresarial del BCP, Miguel Solís.

Recientemente otras empresas han creado opciones similares, conscientes de que el desafío de la sostenibilidad pasa también por crear oportunidades que permitan a los más jóvenes poder aportar con ideas  innovadoras al funcionamiento de diferente tipo de organizaciones.

“En temas tecnológicos y digitales, por ejemplo, los jóvenes están varios pasos adelante que los profesionales de la generación anterior y con seguridad en otras áreas la situación es similar. Las empresas no pueden darse el lujo de prescindir de la capacidad de los que vienen con un conocimiento mucho más actualizado”, afirma el coordinador de la carrera de Sistemas de una universidad local.

Con todas estas iniciativas se espera que las historias de frustración de muchos jóvenes, que por ahora terminan en la informalidad para sobrevivir, se transformen en experiencias de éxito y en el punto de inflexión que marca el despegue de sociedades hacia un mayor bienestar.