Proyecciones para el 2023

Por Jorge Velasco*

Cuando hacemos planes personales o empresariales para el siguiente año, una variable fundamental a considerar es el crecimiento económico. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía mundial sufrirá una desaceleración el 2023 debido a un contexto internacional desfavorable, por una contracción de la economía de China y Estados Unidos, la guerra de Ucrania, las altas tasas de interés y condiciones financieras más exigentes para acceder al crédito. Nuestra región, Latinoamérica, en 2023, solo crecerá 1,7%, que representa la mitad de este año y Bolivia a una tasa del 3,2% menor al 3,8% de lo proyectado para el 2022.

El bajo crecimiento de nuestra región y de Bolivia se explica por el bajo nivel de educación. En efecto, según una reciente entrevista que hizo Andrés Oppenheimer (CNN) a Ilan Goldfajn (Director del FMI) la principal razón no se debe a factores externos, sino: sorpresa ¡a la educación! A este panorama se añade que, según reciente estudio del Banco Mundial y la UNESCO, la pandemia ha afectado enormemente la calidad educativa de la región, más que en otras partes del mundo, al grado que 4 de 5 estudiantes de secundaria no alcanzarán el nivel mínimo de comprensión de lectura. 

No se puede concebir que en pleno siglo XXI, donde surge la economía del conocimiento, nuestra población no tenga el mínimo aceptable de educación y se siga enseñando con métodos del siglo XIX (educación Prusiana). Ken Robinnson, experto en educación, plantea un cambio de paradigmas, pasar de la escuela estandarizada al aprendizaje personalizado, creando las condiciones para que pueda florecer el talento natural de los niños y añade que no es cuestión de reformar los sistemas educativos actuales porque simplemente se estaría mejorando un modelo obsoleto. Él plantea hacer una revolución en la educación. Para Robinson, el maestro es un agricultor que busca el florecimiento de la creatividad en los alumnos no a través de un proceso mecánico sino de un proceso orgánico.

Finlandia, país que ocupa los primeros lugares del ranking PISA, ha reformado su sistema educativo para adecuarse a los nuevos tiempos; se han cambiado las asignaturas tradicionales por temas de estudio de fenómenos o enseñanza por temas concretos, donde los alumnos en vez de solo escuchar al maestro, toman un rol protagónico trabajando en pequeños grupos para resolver problemas reales, bajo un modelo colaborativo. En lugar de adquirir conocimientos aislados sobre diferentes materias, el papel de los estudiantes es activo. Ellos, con la orientación del maestro, participan del proceso de planificación, investigación, ejecución y además evalúan el proceso. Esto permite formar estudiantes con mentalidad abierta y creativa, que miran los problemas desde diferentes perspectivas y usan herramientas de distinta índole y tamaño. Qué diferencia frente a nuestra enseñanza secundaria e, incluso, universitaria.

Ante este panorama y el ejemplo de países líderes en educación, nuestra región y el país deben encarar, de manera urgente, reformas educativas profundas y poner la calidad de la educación en el centro de la agenda política y económica para mejorar nuestros índices de crecimiento o caso contrario seguiremos postergados. Bolivia hoy necesita una nueva generación de profesionales con mejor educación y nuevas competencias, con habilidades digitales, capacidad de adaptación y dispuestos a desempeñar diferentes roles, habilidades de liderazgo, pensamiento estratégico, empatía y escucha activa, capacidad analítica y comunicación fluida, con capacidades emprendedoras y herramientas para innovar, para crear nuevas empresas (startups) o convertirse en intraemprendedores dentro de sus propias organizaciones. 

 *Es Director del Hub de Innovación de la UMSA y experto en banca y negocios.