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Buenas prácticas| 24/09/2022

Banca y fintechs, alianzas que pueden responder a las necesidades de las personas con discapacidad

Banca y fintechs, alianzas que pueden responder a las necesidades de las personas con discapacidad

Pese a que muchos bancos bolivianos han habilitado rampas para personas con discapacidad, todavía queda mucho por hacer en favor de este grupo poblacional.

Visión Sostenible |24|09|22|

En el ámbito financiero, aunque Bolivia cuenta con leyes y normas de operaciones financieras para personas con discapacidad, una gran parte de las entidades de intermediación financiera se aboca a que sus instalaciones cuenten con rampas, que sus cajeros automáticos estén adaptados para personas con discapacidad física, motora y visual, a dar atención preferencial a ciegos o al acceso a créditos con la presentación de garantías no convencionales.

Algunos bancos se han enfocado en acciones paliativas como dar formación financiera virtual a personas con discapacidad auditiva para enseñarles sus derechos y obligaciones como clientes del sistema financiero, los productos y servicios que brindan, sus canales de servicios y puntos de reclamo, entre otros. Y, desde la pandemia por la Covid-19, las entidades financieras de Bolivia desarrollaron aún más sus aplicaciones para que los usuarios realicen transacciones financieras desde la comodidad de su hogar; no obstante, estas Apps aún pueden resultar complejas para las personas con capacidades diferentes.

Según los datos expuestos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2022, en el mundo se calcula que hay 1.000 millones de personas con alguna discapacidad, es decir, cerca del 15% de la población total. En Bolivia, hasta el 2019, el Sistema de Información del Programa de Registro Único Nacional de Personas con Discapacidad (Siprunped) y el Instituto Boliviano de la Ceguera (IBC) registraron 95.884 personas con discapacidad, de las cuales el 51% tiene una discapacidad grave, el 28% moderada, el 15% muy grave y el 6% padece una discapacidad leve; mientras que el 38% tiene una discapacidad física motora, el 29% intelectual y el 15% múltiple.

Esto evidencia que las personas con discapacidad representan el 0,81% de los 11,8 millones de habitantes de Bolivia. El dato puede mostrar un grupo social relativamente pequeño para los negocios y quizá esa sea la razón para que muchas instituciones no los tengan como prioridad en términos de atención, sino que prefieren ocuparse de la población genérica, para quienes adaptan sus servicios.

Para mejorar los beneficios y el alcance de los servicios digitales, es importante que los bancos bolivianos se apoyen en las fintechs, un sector integrado por empresas que utilizan tecnología para mejorar o automatizar los servicios y procesos financieros.

En Latinoamérica, un ejemplo de estas alianzas es la app de BBVA e ILUNION Tecnología y Accesibilidad, que facilita el uso de cajeros automáticos a personas ciegas, con discapacidad física o intelectual leve. La aplicación permite la geolocalización de cajeros próximos, encuentra rutas óptimas para el usuario y comunica el móvil del usuario con el cajero, facilitando la disposición de efectivo. Otro ejemplo es el aplicativo del Banco Santander de Argentina y Asteroid Technologies, Háblalo, donde los usuarios pueden transmitir sus necesidades y preferencias a la hora de ser atendidos, a través de textos, frases predeterminadas, imágenes o dibujos.

Existe una gran gama de desafíos para los bancos bolivianos y las fintech, y afrontarlos puede traer significativos resultados a futuro para este sector de la población. La atención adecuada para personas con discapacidad también es parte del futuro de los servicios financieros.