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Sociedad | 24/03/2023

Reportaje / Las trenzas africanas, banalizadas

Reportaje / Las trenzas africanas, banalizadas

Brújula Digital |24|03|23|

Karolina Angela Poveda / Tomado de la revista Calle 2 de la UCB

Una tarde me encontraba viendo videos de TikTok cuando apareció uno sobre una mujer que utilizaba trenzas africanas. Cuando entré a ver los comentarios, observé que muchas personas decían que al utilizar ese peinado se cometía una apropiación cultural indebida. De inmediato llamó mi atención ver que las personas que se molestaban no eran parte de la comunidad afrodescendiente, y argumentaban que estaba bien o mal, según lo que cada una creía.

Decidí dejar ahí el tema, ya que creí que era algo que no podría investigar a profundidad. Cuando empecé clases en la universidad, en una materia nos dijeron que deberíamos escoger un tema para profundizarlo. Lo primero en lo que pensé fue en el video que había visto tiempo atrás. Así que no tarde mucho en decirme.

Al definir la trama de la que hablaría, tomé la determinación de que averiguaría si afrodescendientes en la ciudad de La Paz se sentían afectadas cuando mujeres de otros sectores banalizaban las trenzas africanas cosidas, sin considerar el significado cultural de este peinado, lo que puede generar indignación y molestia, que se manifiestan de distintas maneras.

El pueblo afroboliviano: historia, cultura y economía, de Amílcar Zambrana, es un libro que afirma que en Bolivia hay 10.691 mujeres afrodescendientes, quienes enfrentan muchas adversidades; la mayoría son luchadoras y alegres.

Virginia

En mi camino por realizar este trabajo llegué a buscar mujeres parte de la comunidad afrodescendiente que vivieran en la ciudad de La Paz. Al principio pude ubicarlas, pero la dificultad apareció al momento de entrevistarlas, ya que muchas no querían declarar por falta de confianza. Tuve que indagar dónde podría encontrar más personas de este sector, y lo conseguí.

Virginia Pérez es una mujer afrodescendiente e integrante de la saya afroboliviana Tambor Mayor. La mujer tiene 46 años, ojos cafés oscuros, facciones grandes y trenzas delgadas de color negro, rubio y rojo. Ella expresa con mucha tristeza e impotencia que cuando ve a mujeres que no son afrodescendientes con trenzas africanas siente molestia e incomodidad. “Nuestra historia, mi historia y la de mis antepasados, se pisotea”, argumenta,  porque las personas que se hacen el peinado no conocen el significado histórico de las trenzas africanas.

De igual manera, Virginia cuenta que los afrodescendientes no pueden invitar a mujeres de otros sectores a bailar saya y hacerse trenzas.

Al hablar de la historia de las trenzas africanas, Virginia cuenta que el peinado llegó desde África en la trata negrera a finales del siglo XV. Antes, las trenzas se utilizaban pegadas al cuero cabelludo y se llama “caminitos” y en los Yungas, wachos. Ahora se utilizan trenzas sueltas, ya que cree que “es más lindo y cómodo”. Las trenzas sueltas son más ventajosas porque el cabello afro es muy delicado. Virginia comenta: “Yo soy feliz con mis trenzas”.

Virginia explica que pese a lo lindo del peinado, no todo es perfecto. Su molestia por la banalización del peinado surge porque las mujeres afrodescendientes no usan el peinado por moda, “es historia hecha con sangre y dolor”. Agrega que, en la trata negrera, los negros llegaron a diferentes haciendas en los Yungas de La Paz, y entonces las mujeres afrodescendientes se hacían trenzas con diseños, y estos dibujos eran mapas con caminos por donde podían escapar de la esclavitud.

¿Por qué hacerse trenzas afro es apropiación cultural?, de Paula Giménez, es un artículo que explica que hacerse trenzas implica una apropiación cultural. Durante mucho tiempo se dijo que el peinado era feo, poco estético y que no quedaba profesional, pero cuando lo hace una persona blanca se la trata de “exótica” y “con estilo”.

Percepciones

Se podría tener el concepto de que la apropiación cultural es mala, pero la antropóloga María Pol explica: “Es natural y no debería tener ninguna concepción que sea negativa”, pero la excepción es que esta apropiación “dañe la integración mental de las personas haciendo algo malo de la cultura”.

Pol sostiene que las modas pasajeras se deben a que no hay una identificación de lo que se banaliza, y el ser humano busca introducirse a una moda para no estar desconectado, y porque es parte de la globalización. Señala: “Lo ideal sería que la apropiación cultural tenga el lado de identidad, admiración y respeto”.

La tercera persona que entrevisté fue Sharon Pérez, una artista plástica y diseñadora gráfica afroboliviana. Ella dice que las trenzas “son una forma de reivindicación y resistencia”. Por mucho tiempo las trenzas fueron una forma de escape donde se trazaban mapas y guardaban semillas.

Sharon explica que las trenzas que se utilizaban eran los “cheques”, trenzas a los lados de la cabeza, que parten del centro y van alrededor. Ahora lo que se implementa son las extensiones o las aplicaciones de rastas.

En Sharon surge molestia cuando personas que utilizan las trenzas lo hacen como un tema pasajero que termina tergiversando la verdadera razón de las trenzas y se pierde el significado real, aquel por el que por se empezaron a usar las trenzas.

“Mis obras son la raíz de todo lo que soy ahora”, comenta Sharon, mientras cuenta que su última obra es sobre trenzas africanas y sobre cómo se entrelazan los recuerdos. En su arte expresa estas conexiones y al mismo tiempo habla de formar un árbol genealógico a partir de las memorias que generan las trenzas.

Sharon dice: “Me gustaría mencionar que mostrar la cultura e identidad es una forma de poder romper paradigmas y poder dar a conocer a la sociedad de que la cultura afroboliviana va más allá de la saya”.

En el libro Trenzas afro como identidad cultural de Anny Valoyes se expresa que cuando se genera la pérdida del valor simbólico hay una falla en la comunicación y las peinadoras de peluquerías tienen un trabajo difícil, ya que los relatos históricos quedan en el olvido y se pierde su esencia cultural.

Paola Álvarez utiliza trenzas africanas sin ser parte de la comunidad afrodescendiente. Ella sostiene que usa el peinado porque es una forma de cambiar su estilo sin maltratar su cabello. Aunque Paola no conoce el significado cultural de las trenzas africanas, piensa que “cuando algo nace en una comunidad no significa que el resto de personas no lo puedan utilizar, siempre que se le dé el valor y respeto adecuado”.

Gabriela Nova es una mujer afrodescendiente, peluquera y estilista, que realiza trenzas africanas a mujeres que no son afrodescendientes. Señala que su profesión le ayudó a mostrar el valor de las trenzas y que incluso hizo su tesis sobre las trenzas y sobre los peinados que se pueden realizar con ellas.

Ella cuenta que se siente “satisfecha” cuando advierte que a muchas  personas les gusta estar con su pelo trenzado, porque es un peinado “único y bello”.

“No, ninguna, gracias a Dios”, es la respuesta de Gabriela a la pregunta de si tuvo malas experiencias por la banalización de las trenzas africanas. Menciona que cuando se llega a hacer mofa de su cabello sí surge molestia, pero no por la moda del peinado.

Después de llevar a cabo estas entrevistas queda evidenciado que las mujeres afrodescendientes de la ciudad de La Paz se sienten afectadas por la banalización de las trenzas africanas cuando se hace un mal uso del peinado. Se lo toma como moda sin considerar su significado cultural e incluso se hacen burlas. Este mal uso del peinado genera molestia, pero puede ser equilibrado cuando se aprende, respeta y valora a las trenzas africanas.

Karolina Angela Poveda es estudiante de la UCB



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