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Sociedad | 02/09/2020

Nuevo arzobispo de La Paz toma posesión y anuncia “esfuerzo” para “guiar al pueblo de Dios”

Nuevo arzobispo de La Paz toma posesión y anuncia “esfuerzo” para “guiar al pueblo de Dios”

Mons.Abastoflor entrega el báculo a Mons. Galván en la Catedral. Foto: Iglesia Viva

Cándido Tancara Castillo |01|09|20|

El nuevo arzobispo de La Paz, monseñor Percy Galván, tomó posesión este martes del cargo y anunció “esfuerzo” para “guiar al pueblo de Dios”, en la segunda Arquidiócesis más antigua del país, pues su creación data de 1605 y la de Sucre de 1538.

“Prometo mejorar, me esforzaré para convertirme en tantas limitaciones que tengo y ponerme al servicio de todos y cada uno de ustedes”, afirmó el prelado, nacido en Potosí, pero que vivió en Sucre hasta antes de iniciar su formación como sacerdote en 1984, en el Seminario San Cristóbal.

Galván, que se convirtió en el arzobispo número 44 en toda la historia de la Arquidiócesis de La Paz, reemplazó a monseñor Edmundo Abastoflor, también nacido en Potosí y que vivió gran parte de su vida en Sucre, donde ahora volvió en su condición de obispo emérito.

“Dios nuestro que ha querido ponerme al frente de tu familia, no por mis méritos sino por tu gran bondad, concédeme la gracia de desempeñar dignamente el ministerio episcopal y de guiar siempre bajo tu inspiración el pueblo que me has confiado”, dijo Galván en su primera homilía como titular de la Arquidiócesis de La Paz, creada como Diócesis en 1605 y elevada al rango de Arquidiócesis el 18 de junio de 1943 por el papa Pío XII.

Abastoflor, que estuvo 24 años como arzobispo de La Paz, inició la ceremonia religiosa y luego realizó el traspaso de la autoridad eclesiástica con la entrega del báculo (bastón) a Galván, que después presidió y concelebró la misa hasta la bendición final.

“Tenemos un nuevo arzobispo, sangre nueva y espíritu renovador, la esperanza empieza de nuevo a florecer. Cristo siempre joven se hace presente en él, ¡bienvenido hermano, Mons. Percy!”, dijo el prelado saliente y aseguró un futuro prometedor en medio de las crisis sociales y políticas, comprometiendo su compañía, “convencido de que el Espíritu de Dios lo guiará con su nuevo pastor”.

El padre Hugo Trujillo, canciller de la Arquidiócesis de La Paz, dio lectura de las letras apostólicas del nombramiento del Nuevo Arzobispo efectuado por el Papa Francisco. Después, el arzobispo Emérito, Mons. Abastoflor, invitó a Mons. Galván a tomar posesión y le entregó el báculo como signo del gobierno pastoral.

La búsqueda del amor

Galván se concentró en su homilía en la importancia del amor salvífico. “El amor de pareja es hermoso, pero estoy hablando del amor en el espíritu, el amor humano es efímero, es pasajero, es temporal, dura lo que dura nuestra existencia; el amor divino es eterno, termina la fe, la esperanza, pero el amor nos acompaña a la presencia de Dios, a ese amor me refiero”, dijo.

El nuevo arzobispo, que se formó en el Seminario San José de Cochabamba, afirmó que el amor humano es retributivo. “El amor humano es interesado, siempre es te doy algo para que me devuelvas, te sirvo para que me sirvas, te saludo para que me saludes, te sonrío para que votes por mí, es un amor medio interesado, siempre espera algo, se alegra y se satisface cuando recibe la retribución; el amor divino no, en el amor divino nos alegramos cuando lo damos ese momento, sentimos la alegría, nunca esperamos que nos gradezcan, jamás que nos retribuyan, ese es el amor que todos lo tienen, pero el amor del espíritu es el que se realiza y se alegra cuando lo entrega todo y sin límites, sin intereses, sin condiciones; yo te amo y tú no me vas a prohibir que te ame”.

El nuevo arzobispo de La Paz, que el 18 de julio de 1991 fue ordenado como sacerdote y el 1 de mayo del 2013 como obispo, reflexionó sobre la importancia del amor que no es temporal. “El amor humano es gratificante, es bonito, piensen en el amor de enamorados, pero es simplemente una cosa que te gratifica temporalmente, que te hace sentir bien, pero el amor del espíritu, el amor que nos ha traído Jesús es un amor salvífico es algo que nos lleva a la otra dimensión de la vida eterna”.

Galván, antes de asumir la Arquidiócesis de La Paz, dirigió la Prelatura de Corocoro, con sede en Patacamaya, sugirió que Dios actúe en nosotros. “Junto a ustedes quiero pedirles que demos este salto para vivir a la luz del espíritu, todos demos este saldo para que sea Dios quien actúe en nosotros, para que sea el espíritu que haga su obra en este mundo y nosotros como instrumentos débiles y frágiles ofrezcamos nuestra vida al Señor. Así tendremos en esta vida, en esta existencia, esa paz y esa felicidad que vienen de Dios y nos hace saborear lo que después disfrutaremos junto a Él”.

El presidente de la Conferencia Boliviana del Clero Diocesano, padre Sandro Aranda, dio la bienvenida a Galván, advirtiéndole que la Iglesia enfrenta la situación sociopolítica difícil sobre todo en la ciudad de La Paz, por tratarse de la sede de gobierno del país.

La hermana Jacqueline Sother, en representación de la Vida Religiosa en La Paz, pidió al nuevo arzobispo caminar en comunión, colaboración, fraternidad y que se dé un espacio para conocer las comunidades de religiosas y la riqueza de los carismas puestos al servicio del pueblo de Dios.

El arzobispo ratificó como vicario general de la Arquidiócesis de La Paz a Mons. Aurelio Pesoa, obispo auxiliar, que es el secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), también al vicario judicial de la Arquidiócesis, padre Roberto Boceta.



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