La fuerza del río Achumani causó daños en tres puntos de la canalización y el desborde de las aguas ocasionó estragos en vías y viviendas

Brújula Digital |09|03|24|

La crecida y fuerza del río Achumani dañaron la noche del viernes el muro de la canalización en tres puntos: en las calles 49 y 43 de ese sector de la ciudad de La Paz. Además, en la calle 42 se registró una filtración; es decir, el agua pasó por debajo del muro lateral de la canalización y salió a la vía como si se tratara de una vertiente de agua. Luego el desborde de las aguas a su paso inundó varias viviendas en Huayllani y Achumani, además de ocasionar estragos en calles y avenidas.

La lluvia comenzó alrededor de las 22:00 y el caudal del río se fue incrementando cada vez más. Los vecinos relataron a Brújula Digital que a la medianoche se produjo el primer golpe de agua que desplomó uno de los muros laterales de la canalización del río Achumani en la calle 49 y por este sector el agua comenzó a desbordarse.

La fuerza era tan violenta que trajo consigo toneladas de piedra y arena que chocaron con la vivienda de Mónica Espinoza que se encuentra en la esquina de la avenida Costanera y calle 48-B. “Se inundó la vivienda; bajó todo, fue algo horrible, bajaba con mucha bulla”, declaró.

El muro perimetral de su vivienda soportó el embate de las piedras y arena que, en la mañana de este sábado, tenía una altura de más de un metro. Sin embargo, esta protección no impidió que el agua cargada de tierra ingresara hasta su vivienda.

Ante la impotencia, la familia se subió al segundo piso esperando que no se produjeran más daños. “El ruido era bastante fuerte, se escuchaban cómo las piedras chocaban contra el muro, no pudimos más que esperar a que todo pasara”, relató.

Eliana Espinoza, la hermana de la propietaria, llegó alrededor de las cuatro de la mañana y el agua que ingresó a la vivienda le llegaba hasta las rodillas. La familia alquiló una motobomba y con ella comenzó a sacar el agua que tenía acumulada en toda la planta baja. 

Por la mañana, grupos de voluntarios autodenominados “Por el Bien Común” llegaron hasta este punto para ayudar a sacar el fango que aún quedaba en la vivienda con baldes, bañadores y todo recipiente que tenían a la mano.

Mónica Espinoza teme que en el transcurso de las siguientes horas se produzca una nueva precipitación. “Pedimos al alcalde (Iván Arias) que nos ayude a limpiar todo este material (piedras y arena) que se quedó acumulada en la vía; con el canal partido no sabríamos qué hacer, estaríamos fregados en caso de que venga otra lluvia como la de ayer”.

La mazamorra quedó extendida por toda la avenida Costanera de Achumani, desde la calle 49 hasta la rotonda de la 28; en tramos con mayor y menor proporción. Por ejemplo, la Plaza Jardines del Sur quedó cubierta de piedras y los juegos infantiles metálicos quedaron destrozados.

En la calle 43 se produjo el segundo colapso del muro de la canalización del río. Luego, la fuerza del agua expulsó aún más material de arrastre. De la misma manera, cuadras más arriba (49), el agua invadió calles y viviendas del lugar.

En la calle 42, al borde del muro del canal, el agua brotaba como si se tratara de una fuente. Uno de los vecinos, que prefirió no dar su nombre, teme que esta sección de la canalización se venga abajo. “El agua está pasando por debajo de los muros de la canalización y aflora en la avenida. Lo que nos preocupa es que una nueva lluvia suba el caudal y el muro se venga abajo, y se desborde el río en este otro punto”.

En la calle 38 sucedió lo contrario, la fuerza del agua destruyó el empedrado de la vía y la tierra que se encontraba debajo se fue como arena dejando al descubierto los cimientos de una vivienda. Otro de los vecinos contó que no se percataron de la emergencia hasta este sábado.

“En la noche vimos cómo el agua desbordó con tal fuerza que no pudimos dormir. En la madrugada cuando el nivel comenzó a bajar nos dimos cuenta de que el muro está casi flotando. Si no fueran sus cimientos ya se habría venido abajo y toda la casa habría sido afectada”, afirmó.

Cuadras más abajo, el agua dejó marcas en los muros perimetrales de hasta un metro y medio de altura y todos los propietarios de las viviendas continuas a la avenida Costanera se dedicaban a sacar el fango de sus inmuebles ya sea solos o con el apoyo de cuadrillas de trabajadores municipales.

En el viaducto San Ramón, al frente del asilo de la calle 28 de Achumani, el barro y las piedras se acumularon hasta medio metro de altura. Cristian Iriarte, director de Mantenimiento de la Alcaldía, confirmó a Brújula Digital que “la fuerza del río” colapsó el muro a la altura de la calle 49 y 43.

“Entró con mucha fuerza, con material bastante grueso y esto llenó las vías, las dejó totalmente inaccesibles. Se registraron casas anegadas, estaban llenas de agua, fue una cosa complicada y al momento seguimos ayudando con maquinaria y personal para habilitar el acceso a las viviendas y habilitar las vías”, afirmó.

Iriarte explicó que la Dirección de Riesgos “está tomando las previsiones” para proteger los sectores dañados para evitar nuevas emergencias. Respecto a la filtración afirmó que se realizan trabajos de “reencauzamiento” para evitar que el agua nuevamente se entre en la vía.

La autoridad municipal dijo que en las partes altas del río “debe haber material suelto”. “Hubo una fuerza bastante grande. El incremento del agua es considerable, las lluvias superaron a lo que pasaba en otros años”. Pese a las denuncias de los vecinos de que no se limpiaron las cabeceras del río, Iriarte afirmó que sí se realizaron estos trabajos “pero esta emergencia los ha superado”.

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