Bruějula Digital 1000px x 155px
Bruějula Digital 1000px x 155px
Sociedad | 19/03/2023

Reportaje / Encorvados por la tecnología

Reportaje / Encorvados por la tecnología

Brújula Digital |21|03|22|

Josué Alexander Centellas y Daniel Leonardo Coronel / Tomado de la revista Calle 2 de la UCB

“En el colegio me empezaron a hacer bullying. Me llamaban Quasimodo (personaje de Víctor Hugo), se reían de mi joroba y me preguntaban qué llevaba en la espalda”, comenta afligido Erick Espinoza, un joven de 17 años que sufre de cifosis. Él, al igual que otros chicos durante la pandemia, empezó a desarrollar una mala postura corporal a causa del uso excesivo de dispositivos móviles y las largas clases virtuales.

Erick señala que tenía indicios de cifosis antes de la cuarentena, ya que cuando hacía sus trabajos en el colegio o en su hogar adoptaba una incorrecta posición de espalda. “Mi postura era muy mala a la hora de hacer mis tareas (…). El problema se agravó más cuando mis padres me dieron mi primer celular, en muchas de las ocasiones solía encorvarme mucho para ver la pantalla, jugar con él y eso”, explica el muchacho con la mirada hacia abajo.

Erick empezaba a enderezar su dorso. No obstante, la llegada de las aulas virtuales arruinó su plan. “Con lo que requería ver el celular en mis clases, muchas veces me terminaba encorvando y bueno… de nada sirve estar un rato con una buena postura para luego estar gran parte del día agachado”, relata acongojado.

Su madre fue la primera persona que percibió su problema físico. Cuando era más pequeño, ella lo llevó a un doctor y le compró un corrector ortopédico. Erick no lo utiliza muy a menudo por el dolor que le causa, pese a entender que debería llevarlo puesto todos los días. El fisioterapeuta Gary Terán Zárate explica que en estos casos el paciente debe realizar ejercicios para el dorso, pectorales y recibir masajes que alivien las molestias provocadas por la espaldera.

Y a todo esto, ¿qué es la cifosis? Según un artículo del Instituto de Cirugía Avanzada de Columna (ICAC), la cifosis postural es aquella deformación de los huesos y músculos de la espalda (postura encorvada o joroba) ocasionada por estar mucho tiempo frente a un ordenador o un teléfono inteligente, además de realizar poca actividad física. De acuerdo con el sitio web de Luis Alberto Lee, médico argentino especialista en ortopedia y traumatología, esta dificultad genera dolores en el dorso, disminución en la altura, fatiga muscular, dificultades para permanecer de pie y, en casos graves, complicaciones para respirar.

Como tratamiento para reducir esta deformación vertebral, el fisioterapeuta recomienda hacer ejercicios livianos en casa para enderezar la espalda y practicar natación; según él, es el deporte ideal y completo. “Cuando una persona tiene cifosis, retiene los músculos de su espalda y los debilita. Para eso necesita actividad física y terapias. (…), pero no deben realizar levantamientos pesados porque aún están en etapa de desarrollo”, argumenta.

De acuerdo al artículo Disciplina, el remedio contra la “joroba”, publicado por Érika Ibargüen Ayub, en el periódico boliviano La Razón, para corregir esta deformidad se debe mantener conscientemente una postura saludable, al momento de sentarse, pararse, caminar y dormir. La publicación coincide con lo mencionado por el fisioterapeuta, ya que también recomienda practicar natación por su efectividad en el fortalecimiento de los brazos y espalda.

Vicios

En la ciudad de El Alto, específicamente en la extranca de Río Seco, vive Kevin Cossío, un joven de 22 años quien actualmente está en la universidad. Antes se dedicaba profesionalmente a los videojuegos competitivos. Desde la etapa del colegio, iba con sus amigos a un internet muy popular llamado Scorpion.

El local contaba con muy buenas computadoras y con diferentes tarifas o formas de pago para instar a varios jóvenes al consumo de videojuegos. Los cibercafés en esta zona siempre están copados de gente, ya que pocas personas pueden contar con una computadora propia y con el control parental adecuado para evitar el vicio.

Kevin fue uno de los muchos jóvenes que en cada salida de colegio pasaba muchas horas diarias jugando con un descuento por ser cliente recurrente del lugar. Él cuenta que hace aproximadamente dos años empezó a generar ganancias con los videojuegos y a dedicarse profesionalmente a ello. A pesar de esto, el muchacho se arrepiente y cree que no valió la pena. “Hubo días en los que me excedía tanto que llegué a jugar 12 horas diarias, tenía que dedicarle mucho tiempo y práctica para estar al nivel competitivo de los torneos”.

Apenado, comenta que esto le trajo muchos dolores y molestias físicas en la espalda por la mala postura corporal, también siente que las personas lo ven con mucha pena y lástima, lo que le afecta en su vida diaria. Él es consciente de que el problema se magnificó hace mucho tiempo. “Algo que tienes que entender, es que no te da cifosis de un día para el otro. Es algo progresivo que se desarrolla en mucho tiempo, (…). Me la diagnosticaron hace 3 meses aproximadamente, pero… no significa que la tengo hace 3 meses. El problema probablemente se desarrolló mucho tiempo atrás, hace un año o dos”, relata.

¿Las clases virtuales empeoraron su situación? Para Kevin, la llegada de las clases virtuales no representa el mismo peligro que el vicio a los videojuegos: “El contexto y la presión son distintos”, dice.

Desde su diagnóstico, este joven no tiene ninguna intención de volver a dedicarse a los videojuegos de forma profesional; no obstante, la posibilidad de jugar casualmente está en “veremos”.

El mensaje que Kevin transmite por toda su experiencia es la de controlar los vicios que una persona puede llegar a adoptar sin darse cuenta. Él piensa que el control parental es muy importante para evitar todas estas dificultades, y que es una suerte tener la posibilidad de tratarse medicamente, pues muchos otros jóvenes con cifosis que conoció deben sobrellevar su caso sin ayuda. “Me relacioné con muchas personas que tenían el mismo problema, (…). Hay mucha gente que sabe que esto es dañino, sabe que a la larga trae consecuencias, pero como dije son gajes del oficio”, menciona con preocupación.

Según el médico general David Vargas Peña, hoy en día los jóvenes adoptaron posturas más encorvadas, ya que están más pegados a sus dispositivos móviles. “Hay niños que comen echados en la cama, hacen sus tareas echados en la cama y esas malas posiciones afectan en la curvatura de la persona. (….). Además, por las noches, para que los papás no los descubran utilizando el celular, se ocultan dentro de la cama. Ahí se encorvan y alteran las posiciones de su cuerpo”, afirma el doctor en tono preocupado.

Vargas recomienda utilizar estos dispositivos en ocasiones necesarias y no solamente para jugar y perder el tiempo. Asimismo, recalca que la posición correcta debe ser de 90 grados en relación a la silla, si se piensa estar largas horas frente a un ordenador.

Disciplina

Desde otro punto de vista, también hay jóvenes que cuidaron muy bien su postura durante la virtualidad. Uno de estos casos es el del estudiante de 18 años, Alex Quiroga, quien menciona con alegría cómo su saludable postura lo ha mantenido con gran confianza y más seguro de sí mismo. Usualmente, él usa su celular una hora como máximo y tiene horarios definidos para entretenerse con sus videojuegos.

A menudo, Quiroga va al gimnasio más cercano para entrenar sus bíceps, tríceps y espalda. Estos ejercicios lo ayudaron a mantener su columna erguida. Sin embargo, no es el caso de sus compañeros de colegio, pues menciona que al volver a la presencialidad notó que algunos de ellos empezaron a tener una mala postura corporal. “A mis amigos los he visto más encorvados, tal vez ha sido por la pandemia o porque ya tenían este hábito desde antes”, explica.

Para tratar de mantener la espalda recta, el joven recomienda realizar caminatas la gran mayoría de los días e ir al gimnasio por lo menos, dos veces a la semana.

De acuerdo a un sondeo virtual realizado en mayo de 2022, en el que participaron 15 padres de familia que residen en la ciudad de La Paz, 8 personas indicaron que permiten que sus hijos utilicen sus dispositivos móviles por 12 horas. 5 dicen que entre 1, 2 y 3 horas. Mientras que 2 votaron por la opción de “no tienen tiempo límite”.

Se les preguntó si notaron que sus hijos empezaron a caminar encorvados y con el cuello hacía abajo. Cinco  personas dijeron que “sí”; mientras que 10 de los participantes seleccionaron la opción “no”. Un número muy elevado para un grupo tan pequeño de encuestados. El avance tecnológico y la irresponsabilidad en su uso son una mala combinación para el desarrollo postural. La imprevista pandemia hizo que este problema aumente y denota el poco control parental de dispositivos móviles por parte de los padres.

Josue Alexander Centellas y Daniel Leonardo Coronel son estudiantes de la UCB



FIE-BANNER--BRUJULA-DIGITAL-1000X155-PX_1
FIE-BANNER--BRUJULA-DIGITAL-1000X155-PX_1


GIF 2 vision-sostenible-gif-ok
GIF 2 vision-sostenible-gif-ok
bk-cuadrado
bk-cuadrado