El Consejo de Ética Periodística instaló este miércoles en La Paz al nuevo Tribunal Nacional de Ética Periodística, que ejercerá funciones durante el periodo 2025–2027.
Brújula Digital|04|12|25|
El Consejo de Ética Periodística instaló este miércoles en La Paz al nuevo Tribunal Nacional de Ética Periodística, que ejercerá funciones durante el periodo 2025–2027.
La instancia quedó conformada por Waldo Albarracín, exdefensor, exrector y ex presidente de la APDHB; Dunia Sandoval, exvocal del Tribunal Supremo Electoral; Javier Viscarra, diplomático; Karina Herrera, académica universitaria; y René Ceballos, docente y exdirector de Erbol.
Los cinco miembros fueron seleccionados a partir de postulaciones enviadas por la Asociación de Periodistas de La Paz, la Asociación Boliviana de Radiodifusoras (Asbora), la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y la Asociación Boliviana de Investigadores de la Comunicación (Aboic).
Durante el acto de posesión, la presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, Zulema Alanes, reconoció el trabajo del Tribunal saliente, que estuvo conformado por Ingrid Steinbach, comunicadora social; Roberto Méndez, periodista y abogado; Ramiro Tarifa, periodista; y Ramiro Orías y Clotilde Calancha, abogados.
En el Tribunal saliente Orías ocupó la presidencia y Tarifa fue el secretario. Existe consenso en el gremio periodístico sobre el excelente trabajo realizado por el Tribunal saliente, mientras se reconoció el prestigio de los entrantes. Mario Maldonado, presidente del Consejo de Ética, fue el encargado de tomar juramento.
Javier Viscarra tomó la palabra en nombre del grupo que se hace cargo desde ahora y agradeció la confianza otorgada por el Consejo. Subrayó que la labor del tribunal requiere independencia y un compromiso firme con la verdad y con la ciudadanía.
Señaló que la autorregulación es cada vez más necesaria en un contexto donde los cambios políticos, tecnológicos y sociales desafían permanentemente la calidad informativa. Añadió que la ética periodística no se limita a un catálogo de restricciones, sino que constituye un resguardo para la dignidad de las personas, el debate público y la credibilidad de los medios.
Viscarra afirmó que el nuevo tribunal desarrollará su trabajo sin favoritismos, sin presiones externas y sin temor a emitir criterios incómodos cuando así lo demande la justicia ética.
BD/RPU
