Se reportó un derrumbe en el área conocida como Triángulo en Proceso Deformativo Avanzado (TPDA) del farallón de Cal Orck’o, en Sucre.
Brújula Digital|21|11|25|
Periodismo Que Cuenta, Iván Ramos
Un nuevo derrumbe en el sector conocido como Triángulo en Proceso Deformativo Avanzado (TPDA) del farallón de Cal Orck’o, en Sucre, encendió las alertas entre paleontólogos y especialistas. El sitio, famoso por su gran concentración de huellas de dinosaurios, muestra un deterioro cada vez más rápido.
Cal Orck’o, ubicado a 4,5 kilómetros del centro de la ciudad, ha revelado miles de huellas desde que la extracción de piedra caliza de Fancesa dejó expuestas sus capas. Durante años, estas superficies fueron consideradas algunas de las más importantes de Bolivia y Sudamérica por la cantidad y calidad de sus rastros fósiles. Sin embargo, los derrumbes y la erosión modifican de forma acelerada el paisaje icnológico.
El derrumbe reportado afectó el área del TPDA, que hace dos décadas superaba los 1.000 metros cuadrados y conservaba dos de las rastrilladas más impresionantes del farallón: largas secuencias de pasos de saurópodos, famosas desde 1998 por su tamaño y excelente conservación.
Después del primer gran colapso ocurrido en 2010, una prospección científica dirigida por la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina Silvina de Valais y el arquitecto Omar Medina Ramírez, de la Universidad San Francisco Xavier de Sucre, reveló huellas nuevas en las capas posteriores.
Entre los hallazgos se identificaron rastros de terópodos grandes (dinosaurios carnívoros que caminaban en dos patas), posibles impresiones de anquilosaurios (acorazados con placas óseas) y pisadas asociadas a saurópodos (herbívoros de cuello y cola largos) de cadera angosta. También se observó una zona con fuerte dinoturbación, donde las pisadas se superponen unas con otras debido al tránsito repetido de los dinosaurios.
El derrumbe más reciente dejó expuesta otra superficie, pero cubierta por sedimentos finos de color gris oscuro. Este material llenó las cavidades de las huellas y redujo su relieve, por lo que muchas solo pueden verse cuando la luz del sol incide en un ángulo muy bajo.
Especialistas explican que estos derrumbes son parte del proceso natural de una pared casi vertical sometida a gravedad, lluvia, cambios de temperatura y fracturas internas. Aun así, preocupa la velocidad con la que el farallón está perdiendo información científica de alto valor.
Cal Orck’o es considerado un tesoro paleontológico por su densidad y diversidad de huellas. Por ello, expertos llaman a reforzar el monitoreo, la investigación continua y la documentación detallada de cada nueva superficie que se exponga, antes de que los colapsos la destruyan.
Especialistas indican que es inevitable que continúe la caída del farallón, pero enfatizan que debe quedar un registro claro de lo que contiene. Cada derrumbe, recuerdan, puede borrar para siempre pistas únicas sobre los dinosaurios que caminaron por Sucre hace más de 66 millones de años.
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