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Sociedad | 09/10/2024   11:30

En los últimos 5 años, las comunidades perdieron el 50% de sus mecanismos de vida por la agroindustria y minería

Un estudio de Oxfam Bolivia revela el impacto en la seguridad alimentaria, la salud y la migración forzada.

Natasha Morales, Coordinadora de Investigación de Oxfam Bolivia. Foto: Brújula Digital.

Brújula Digital|09|10|24

La minería aurífera y la agroindustria degradan cada vez más el medio ambiente, con mayores pérdidas de bosques y ecosistemas, lo que provoca un aumento de las temperaturas y sequías, entre otros problemas. Esto ha afectado al 50% de las comunidades en la Amazonía y la Chiquitanía, según el estudio de Oxfam titulado “A fuego y mercurio: crisis ecológica y desigualdades en Bolivia”.

“Hemos visto que más o menos el 50% de la población rural ha perdido sus medios de vida en los últimos cinco años. Eso significa que tiene problemas de seguridad alimentaria, incremento en la desnutrición infantil, mayores riesgos en las mujeres embarazadas y en los ancianos”, indicó la coordinadora de Investigación de Oxfam Bolivia, Natasha Morales.

Agregó que, según el estudio, tanto la minería como la agricultura intensificaron su producción y expandieron sus tierras sin límites. Aunque se piensa que estos sectores contribuirán al desarrollo económico del país, en realidad generan brechas de desigualdad.

“Esta visión de considerar que estos sectores serán pilares del desarrollo económico del país está generando lo contrario: empobrecimiento y desigualdad”, añadió.

Debido a los conflictos ambientales causados por estos dos sectores, las poblaciones rurales que viven en situación de pobreza enfrentan dificultades para adaptarse a los cambios, lo que repercute en sus producciones de subsistencia y en la salud de los comunarios. Como resultado, alrededor de 100.000 familias migran cada año de estas áreas.

“Esto se exacerba, por ejemplo, con la presencia de campamentos mineros que están destruyendo sus plantaciones, que están operando sin la autorización de muchas de estas comunidades y, al mismo tiempo, esto genera una serie de conflictos ambientales que los hemos ido viendo a lo largo de estos últimos años”, explicó Morales.

La coordinadora indicó que el objetivo es plantear un debate crítico sobre cómo el país enfrenta su desarrollo basado en el extractivismo y la falta de diversificación económica.

Afectaciones de la expansión agrícola y la minería

La expansión agrícola y pecuaria ha sido responsable del 97% de la deforestación, con un 44% atribuible a la agricultura, un 35% a la ganadería y un 21% a una combinación de actividades, según el estudio.

“Estamos casi en un punto de no retorno, porque no solo se están quemando bosques, sino áreas no boscosas, las cuales son las que acumulan agua y proporcionan nutrientes a la tierra. Esto está ocurriendo principalmente en la Amazonía”, indicó la investigadora.

Agregó que esto provocará consecuencias en la producción agrícola, como se observa ahora con las sequías. Advierte que el panorama puede empeorar si no se toman medidas estructurales, ya que los daños “serán irreversibles”.

A pesar de que existen proyectos de resiliencia climática y adaptación al cambio climático, entre otros, estos serán cada vez “más inefectivos porque la degradación ambiental está llegando a un punto en el que no se podrá hacer nada”, añadió la coordinadora de Oxfam.

Impacto de la minería

En el caso de la minería, se indicó que es un tema “más profundo y menos visible” en comparación con los incendios, que son más notorios por su impacto tanto en áreas rurales como urbanas.

Dijo que el impacto de la minería no solo incluye la contaminación del agua, sino también la ocupación de territorios, la alteración del curso de los ríos y la deforestación.

“Tenemos en el estudio testimonios de personas que dicen: ‘He plantado mi plátano durante todo el año y un día me desperté y ya no había nada. ¿Quién me va a devolver eso? ¿A quién me voy a quejar?’. No hay ni siquiera un mecanismo legal para que estas personas puedan exigir que se les devuelva o que alguien responda por sus plantaciones perdidas”, contó.

La gente sufre el abuso y despojo de sus territorios, así como la pérdida de sus tierras, además de enfrentar problemas de salud física y mental debido al estrés y la angustia que les generan estas situaciones.

“Las principales enfermedades reportadas por la población son: 86% enfermedades respiratorias, 36% enfermedades gastrointestinales asociadas a la contaminación por mercurio y 9% problemas de la piel”, comentó.

Del total de la población afectada por estas enfermedades, el 66% debe recurrir a atención médica, lo cual resulta complicado debido a las dificultades de acceso a la salud en estas áreas.

Extractivismo

Morales indicó que es momento de repensar el modelo de desarrollo del país. No solo se trata de sofocar incendios y ayudar a los damnificados, sino también de atender los problemas de fondo.

“Es momento de actuar y de repensar el modelo de desarrollo. Nuevamente voy a decir esto: no es suficiente con responder a cada incendio diciendo ‘bueno, vamos a ayudar a los damnificados, vamos a hacer estos proyectos, a reforestar’. Debemos resolver el problema de fondo de manera estructural, y ese problema se ha originado por la presencia agresiva de las actividades extractivistas”, señaló.

Agregó que este estudio es una invitación al diálogo para replantear el modelo de desarrollo que se quiere en el país.

BD/AGT/JA



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