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Reportajes | 14/08/2021

4 claves del nuevo diálogo que gobierno y oposición de Venezuela inician en México

4 claves del nuevo diálogo que gobierno y oposición de Venezuela inician en México

Jorge Rodríguez (izquierda) y Gerardo Blyde (derecha) representarán al gobierno de Venezuela y oposición, respectivamente, en la nueva negociación auspiciada por México y con Noruega como mediador.

BBC News Mundo en México  |14|08|21|Marcos González Díaz


Siete puntos de discusión marcarán el nuevo proceso de diálogo y negociación entre gobierno y oposición de Venezuela que inició formalmente este viernes en México.

Tras el fracaso de negociaciones anteriores, la última de ella en Barbados hace dos años, todas las miradas se centran ahora en este nuevo intento para tratar de dar solución a la cada vez mayor crisis política, económica y social que azota a Venezuela.

De nuevo con la medicación del gobierno de Noruega, ambas partes firmaron un memorando de entendimiento en el que afirman estar dispuestos a acordar las condiciones necesarias para celebrar elecciones en el país "con todas las garantías" y subrayan la necesidad de que sean levantadas las sanciones internacionales contra Venezuela.

Participantes en la inauguración del diálogo entre gobierno y oposición de Venezuela en CDMX.

Jorge Rodríguez (izquierda) y Gerardo Blyde (derecha de la imagen) representarán al gobierno de Venezuela y oposición, respectivamente, en la nueva negociación auspiciada por México y con Noruega como mediador.

Y en el inicio simbólico de esta nueva ronda de discusiones, los representantes de las delegaciones mostraron, al menos de cara al público, la mejor de sus intenciones por llegar ahora sí a un acuerdo tras años de enfrentamiento.

"Esta firma significa mucho, significa todo, porque significa esperanza", dijo el presidente de la Asamblea Nacional venezolana y representante de la delegación del gobierno, Jorge Rodríguez.

"Ya sabemos en qué no estamos de acuerdo (…). El trabajo ahora es buscar dónde encontramos puntos de confluencia para garantizar el porvenir y la felicidad del pueblo de Venezuela", aseguró.

Participantes en la inauguración del diálogo entre gobierno y oposición de Venezuela en CDMX.

Los participantes firmaron un memorando de entendimiento.

Por su parte, el representante de la oposición bajo el paraguas de Plataforma Unitaria de Venezuela, Gerardo Blyde, reconoció que cada lado "ha tenido que ceder parte de su narrativa para lograr un punto medio de inicio, teniendo la convicción de que el proceso es más que necesario".

El objetivo, dijo, es "lograr un acuerdo integral que conviene a todos, en el que nadie se sienta vencido y todos nos sintamos incluidos".

Estas son algunas de las claves del nuevo proceso de negociación entre gobierno y oposición venezolana,

1. Levantamiento de sanciones internacionales

El "levantamiento de las sanciones y la restauración de derecho a activos" es uno de los siete puntos de la agenda acordada por ambas partes para el diálogo en México.

La difícil situación económica por la que atraviesa el país hace que el tema de las sanciones sobre funcionarios y empresas venezolanas sea una de las prioridades para el gobierno de Nicolás Maduro.

También exigirá la administración de los activos congelados de Venezuela en el exterior. Ya en mayo adelantó que una de sus condiciones era "la devolución de cuentas bancarias a Petróleos de Venezuela (PDVSA) y el Banco Central".

Otro requisito anunciado previamente por Maduro fue el "reconocimiento pleno" de la Asamblea Nacional y los poderes del país que en la agenda del diálogo quedó plasmado como "Respeto al Estado Constitucional de Derecho".

"De ahí en adelante, estoy dispuesto a ir a donde quieran", dijo en Caracas el presidente venezolano, cuya legitimidad es puesta en cuestión por decenas de países desde las elecciones de 2018.

Así pues, más que en la oposición, la pelota lanzada por Maduro recae sobre todo en el tejado de EE.UU., cuyo anterior gobierno liderado por Donald Trump endureció las sanciones sobre el país sudamericano y que ahora parece mostrar un talante más distendido con Joe Biden.

Nicolás Maduro, en un acto en Caracas.

Nicolás Maduro ya dejó claras sus exigencias para que el gobierno participara en el nuevo proceso de diálogo.

El mes pasado, por ejemplo, EE.UU. aceptó permitir a las compañías no estadounidenses exportar gas licuado de petróleo a Venezuela y apunta a seguir flexibilizando otras otras sanciones -aunque no se sabe hasta qué punto - si el gobierno de Maduro muestra voluntad de entendimiento.

"El régimen de Maduro puede crear un camino hacia el alivio de las sanciones" si participa "en discusiones sinceras con la oposición - liderada, por supuesto, por el presidente interino Juan Guaidó - que resulten en una solución negociada integral a la crisis venezolana", aseguró este jueves el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price.

"Eso es lo que necesitamos ver: un progreso significativo", agregó.

Sin embargo, Maduro no tardó en responderle. "Venezuela va al diálogo de México (...) de manera autónoma e independiente y no se somete a chantajes ni amenazas del gobierno de EE.UU.".

2. Celebración de elecciones con garantías

Por su parte, la oposición llega al diálogo con el objetivo de alcanzar un "acuerdo de salvación nacional" que permita superar la grave crisis que vive el país.

Entre los puntos de la negociación se contemplan "garantías electorales para todos" y un "cronograma electoral para elecciones observables".

El opositor Juan Guaidó ya había exigido "condiciones para elecciones libres y justas" como uno de sus principales reclamos, sin pedir ahora la inmediata salida de Maduro del poder como sí ha hecho anteriormente.

La oposición llega a este diálogo en México sin la fuerza y respaldo que disfrutaba cuando Guaidó se proclamó "presidente encargado" del país en 2019 y tras la pérdida formal este año de la Asamblea Nacional como su último bastión tras no participar en los comicios legislativos de finales de 2020.

A falta de saber qué poder de negociación tendrán realmente sobre unas futuras elecciones presidenciales, el test más inmediato para ese cronograma electoral que exigen los opositores son los próximos comicios de gobernadores y alcaldes en noviembre.

Aún no hay consenso sobre si concurrirán o no a esta cita electoral todas las principales fuerzas opositoras, que rechazan participar en comicios desde 2018 al considerar que no existen garantías y condiciones justas para ello.

Junto a este deseo de encontrar una salida electoral, la oposición pondrá sobre la mesa de negociación cuestiones como el levantamiento de inhabilitaciones de líderes políticos para ejercer cargos públicos. "Derechos políticos para todos", se lee como otro de los puntos de la agenda.

También impulsará que se continúe con la liberación de diputados y otros políticos que permanecen presos, refugiados en embajadas o en el exilio. El pasado septiembre, Maduro otorgó un indulto presidencial a un centenar de presos a tres meses de celebrarse las elecciones parlamentarias.

3. Ayuda humanitaria

La población venezolana, que en parte mira con incertidumbre este diálogo tras los fracasos de cumbres anteriores, es la que continúa sufriendo la peor crisis de su historia reciente.

A los largos años de recesión, hiperinflación y pérdida de poder adquisitivo que contribuyeron a que millones de personas abandonaran Venezuela, desde el año pasado se sumó el impacto de la pandemia de covid-19 que acentuó aún más las dificultades.

La ayuda humanitaria será por lo tanto otra de las claves de este diálogo.

Niños almorzando en un comedor comunitario en Petare (Caracas).

Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, uno de cada tres venezolanos no tiene suficiente para comer.

Y, aunque a todas luces insuficientes, el país sudamericano ya ha dado en efecto algunos pasos en esa dirección.

El pasado abril, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU -que clasificó a Venezuela entre los cuatro países del mundo con mayor inseguridad alimentaria- llegó a un acuerdo con el gobierno para mitigar la crisis alimentaria que afecta especialmente a los niños.

En un gesto inusual, el acuerdo fue celebrado tanto por el gobierno como por la oposición, que en el pasado acusó a Maduro de utilizar la ayuda internacional para reforzar la posición de su gobierno y entregarla únicamente a quienes respaldan su partido.

Venezuela también enfrenta serias dificultades para la obtención de vacunas contra el covid-19 que ya se ha cobrado casi 4.000 vidas y ha contagiado a más de 300.000 personas, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

El pasado mes, Maduro dio un ultimátum al mecanismo COVAX, que busca garantizar la inmunización a los países más pobres, al asegurar que no habían recibido las dosis acordadas pese a haber pagado los US$120 millones requeridos.

Semanas más tarde, la Organización Panamericana de la Salud confirmó que Venezuela recibirá las vacunas chinas Sinovac y Sinopharm "entre julio y septiembre" a través de COVAX.

4. El papel de México como anfitrión

Los representantes de ambas delegaciones reconocieron este viernes el papel de México a la hora de acoger la celebración de este encuentro.

"Queremos agradecer a nuestros anfitriones, que hacen gala de una manera de hacer diplomacia que garantiza el respeto al derecho de los demás, a la soberanía y a la autodeterminación", declaró Rodríguez.

AMLO

AMLO insiste repetidamente en que la no injerencia en asuntos de otros países es una de las claves de su política exterior.

Pese a que el expresidente Enrique Peña Nieto trabajó para convencer a otros países de que abandonaran su apoyo al gobierno de Maduro, la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder supuso para México un regreso a la política exterior de no intervención.

"La mejor política exterior es la interior", es una de sus frases más repetidas.

Con su postura, AMLO recuperó las bases de la doctrina Estrada, una práctica promulgada en 1930 y consagrada después en la Constitución que colocó los principios de libre autodeterminación de los pueblos y de no injerencia en asuntos internos de otros países como elementos clave de la diplomacia de México.

Y uno de sus apoyos a esta doctrina más evidentes fue precisamente respecto a Venezuela, cuando Guaidó se proclamó "presidente encargado" del país y México decidió desmarcarse de la línea mayoritaria de los países de la región, reunidos en el Grupo de Lima, para seguir reconociendo a Maduro como legítimo presidente.

Noruega, que ya participó en el fallido diálogo de Barbados y en otros procesos de resolución de conflictos internacionales como el celebrado en La Habana entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, vuelve a actuar como mediador en este nuevo diálogo, que cuenta con el visto bueno de EE.UU.

Nicolás Maduro y Juan Guaidó

No estarán cara a cara, pero tanto Maduro como Guaidó parecen apostar por un intento de diálogo en México.

"Haremos todo lo posible para garantizar que estas negociaciones tengan resultado satisfactorio", dijo este viernes en la presentación del proceso el jefe del equipo facilitador de Noruega, Dag Nylander.

"Sin embargo, seguimos convencidos de que la crisis en Venezuela solo puede ser resuelta por los actores políticos venezolanos (…). Nadie más puede resolver esta situación por ustedes", agregó.

Rusia y Países Bajos actuarán como "acompañantes" en las conversaciones iniciadas este viernes.

Está por ver si, esta vez sí, las negociaciones llegan a buen puerto entre las buenas intenciones de ambas partes. De momento, no se aclaró por cuántos días se prolongará el proceso ni cuándo se espera que pudiera alcanzar acuerdos concretos.



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