Señor Vicepresidente, mírese en el espejo de quienes ya cometieron el error de la arrogancia y no repita la historia. Esté a la altura, o al menos, disimule un poco y parezca estarlo.
Brújula Digital|01|12|2025
Jorge Dulon
Bolivia mira con vergüenza ajena lo que está pasando allá arriba. Los ataques del Vicepresidente Edmand Lara contra el Presidente Rodrigo Paz Pereira ya no son noticia, son un bochorno. Pero cuidado, que nadie se confunda: esto no es una telenovela para entretenernos mientras tomamos el té.
Cuando el segundo al mando se dedica a dinamitar la silla del primero, lo que cruje es el piso de todos los bolivianos. No estamos ante un simple chisme de pasillo, sino ante una señal de alarma de que nuestras instituciones están enfermas de inmadurez.
Y lo digo sin subirme a ningún pedestal, porque en casa conocemos bien ese demonio. Aquí, en el Gobierno Municipal de La Paz, tanto en el Ejecutivo como en el Concejo, hemos pecado de lo mismo. En esta gestión, hemos tropezado con la soberbia y hemos visto autoridades que, mareadas por el cargo, creyeron ser dueñas de la verdad.
Nos ha costado y nos sigue costando sangre, sudor y lágrimas recuperar la credibilidad y volver a poner la institucionalidad por encima de los caprichos personales. Por eso, porque sabemos lo difícil que es reconstruir la confianza cuando se rompe, tenemos la autoridad moral para advertir al nivel central: ese camino solo lleva al desastre.
La política no es un ring de boxeo. Hay un dicho antiguo que nunca pasa de moda: "La mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo". Esto significa que no basta con tener el cargo de Vicepresidente; hay que comportarse como tal.
La gente no vota para ver peleas de gallos ni para aguantar berrinches públicos. Cuando una autoridad pierde las formas y se dedica al insulto fácil, le falta el respeto a su propia investidura y, peor aún, le falta el respeto al pueblo que le paga el sueldo.
El problema de fondo es el ego, ese mal consejero que te hace creer intocable. Lord Acton tenía toda la razón cuando dijo que "el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente".
Y no hablaba solo de robar plata, sino de algo igual de peligroso: la corrupción del carácter. El poder es traicionero; si no tienes la cabeza bien puesta, te emborracha. Te hace olvidar que eres un servidor público y te convierte en un personaje que solo busca aplausos o venganza.
Es momento de madurar. Bolivia necesita gente seria, no estrellas de reality show. Desde mi lugar en el legislativo municipal de la Sede de Gobierno, donde cada día luchamos por corregir nuestros propios errores y devolverle la seriedad a la gestión, les digo: paren el espectáculo. La institucionalidad se cuida con hechos, no con gritos.
Señor Vicepresidente, mírese en el espejo de quienes ya cometieron el error de la arrogancia y no repita la historia. Esté a la altura, o al menos, disimule un poco y parezca estarlo.
Jorge Dulon es actualmente Presidente del Concejo Municipal de La Paz
