Brújula Digital|19|10|25|
La gente del campo despierta mucho antes de que el sol levante vuelo. En la Subcentral San José, comunidad indígena y agroproductora de papa, quinua, leche y queso, la vida se cría y se cultiva con esfuerzo diario.
Pero hoy, 19 de octubre de 2025, la rutina cambió. Es una fecha histórica para la democracia boliviana: hombres y mujeres del altiplano acuden al segundo balotaje para elegir al próximo gobierno.
Mientras esperan su turno para votar, las y los comunarios conversan sobre el futuro del país. Entre murmullos y esperanzas, una hermana comenta con serenidad:
“Quiero que Bolivia salga adelante, y para eso tenemos que afrontar todo con fuerza y unidad”.
Más atrás, su compañera de fila comparte su preocupación:
“Espero que el nuevo gobierno cumpla sus promesas, que solucione las eternas filas por combustible y mejore la economía de las familias”.
En tanto, un joven autoridad originaria reflexiona con tono resignado: las demandas del pueblo —dice— parecen perderse en el viento, se diluyen en un sistema de poder que gira sin detenerse, como una rueda que da vueltas sobre sí misma. Por eso, prefiere concentrarse en su trabajo rural, donde siente que su esfuerzo sí deja huella.
BD/ Oly Huanca