Creo que Paz, pero más que todo Samuel, sí le hará pagar la guerra sucia a Tuto. La gestión venidera es compleja y queda claro que habrá mucho caos y convulsión, lo que pondrá al próximo gobierno en jaque.
Brújula Digital|05|09|25|
Fabian Freire
El término “quien la hace la paga” es uno que se ha popularizado fuertemente en Argentina y se enfoca en evitar el caos social y las convulsiones. Es un logo interesante y fuerte, pero creo que sería mucho más creíble si no lo dijera alguien como Patricia Bullrich, a quien es difícil tomar en serio.
La idea de este lema es que, si uno hace algo malo, tarde o temprano terminará pagando. Sus malas acciones serán castigadas. En política, esto se define más que todo en base a cálculos y acciones premeditadas, no en si se actúa con bondad o no. Puedes actuar de manera controversial, esto te pasará factura si es que sabes medir o no tus cálculos políticos.
En Bolivia, actualmente hay un equipo de campaña que se está enfocando en desprestigiar a todos sus rivales. Hablo claro: el de “Tuto”, que está llevando a cabo hoy una guerra sucia muy fuerte en contra de Rodrigo Paz, antes la hizo contra Samuel Doria Medina.
Para el equipo de Tuto todos son “zurdos” y masistas, menos ellos. Irónico, ya que Tuto ha pactado fuertemente con la izquierda boliviana y ha cometido una cantidad de acciones dudosas para un opositor.
Esta guerra sucia del tutismo ya se ha cobrado su primera víctima: Samuel Doria Medina, quien por ser tibio, no tener carácter y no saber defenderse, y, peor aún, contar con gente apta para responder esta clase de ataques, ha terminado en tercer lugar.
Pasó de ser el gran favorito a fracasar rotundamente. La guerra sucia ha sido tal que incluso Marcelo Claure la ha sufrido solo por el mero hecho de apoyar a Doria Medina.
Puede que Samuel haya perdido, pero tiene una bancada importante en el Congreso y se necesitará el apoyo de la misma para tener gobernabilidad. Ya de por sí, mostrando su claro rechazo a lo que le ha hecho Tuto, Samuel ha decidido apoyar a Rodrigo Paz.
Queda claro que la relación entre Samuel y Tuto está rota; nunca han podido trabajar en conjunto y ahora mucho menos. Si el tutismo sigue atacando con tanta fuerza a Rodrigo Paz llegarán a segunda vuelta en un ambiente altamente polarizado, en el que, de “coquetear” ante posibles alianzas pasarán a atacarse sin descanso.
Ya hemos visto cómo ha reaccionado Lara. En lo personal respaldo su polémica actitud y críticas a Tuto, porque hay que defenderse ante los ataques. Uno no puede quedarse quieto. Ya vimos cómo le resultó a Samuel.
Paz tiene una amplia ventaja frente a Tuto, pero supongamos que el segundo, por azares de la vida, termina imponiéndose victorioso. Serán necesarias alianzas en el Congreso para obtener gobernabilidad. Llegar a las mismas es una fuerte posibilidad, pero que estas sean duraderas es algo muy distinto.
En ese sentido, creo que Paz, pero más que todo Samuel, sí le hará pagar la guerra sucia a Tuto. La gestión venidera es compleja y queda claro que habrá mucho caos y convulsión, lo que pondrá al próximo gobierno en jaque. Puede ser que en los primeros conflictos esta nueva coalición lo deje solo ante el caos masista, sellando su fracaso; peor aún sabiendo Samuel que ésta puede ser una nueva chance para candidatear, y esta vez sí ganar y no tener a su principal rival en la “cancha”.
En la política boliviana y, sobre todo en tiempos recientes, hemos visto cómo los intereses políticos priman frente al interés nacional. Ya no estamos en los tiempos de FSB y MNR en los que se daban alianzas para salvar a Bolivia de situaciones extremas.
En tiempos recientes, y como mejor ejemplo, hemos visto cómo Manfred, al ser tan maltratado por la guerra sucia del MNR, se retiró de la coalición de gobierno, siendo uno de los “puñales” finales que llevarían a la renuncia de Goni. De igual forma, Mesa, al haber jugado en contra del MNR, fue castigado por este último en su gestión presidencial, teniendo muy poca gobernabilidad. Se corren muchos riesgos en los pactos y coaliciones y los últimos tiempos nos dicen que si un político “las hace la paga”.