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Guata regua (caminante) | 23/04/2025

Una niña y un niño abusados desgarran a todo el país

Hernán Cabrera
Hernán Cabrera

Una información muy importante, que refleja un hecho dramático y vergonzoso para la sociedad boliviana, ha pasado casi desapercibida por la prensa, abocada a los escándalos y al circo de la clase política; por los analistas, ocupados en sus especulaciones electorales sobre la unidad y las decisiones del MAS; por las autoridades de todos los niveles de gobierno, estresadas en evitar que sus puestos sean ocupados por otros debido a la fiebre electoral que ya soportamos; por los candidatos presidenciales, que nos han ofrecido el cielo y el mar, pero sin pisar la tierra y sus vicisitudes; por vos, por nosotros, enceguecidos con los videos de TikTok y los chismes de Instagram, Facebook, etc.

Ese dato es una vergüenza para el Estado Plurinacional de Bolivia: en 2024, cada día fueron violados o abusados sexualmente 19 niños, niñas y adolescentes, según el informe oficial de la Fiscalía General. Esta realidad tomó cierta relevancia gracias a la preocupación de UNICEF, que lanzó una advertencia y un golpe a nuestras conciencias. Sin embargo, la sociedad lo tomó de pasada, como si fuera normal o no le atañera porque la niña violada o el adolescente abusado no es cercano a su familia.

Ojo: un solo niño, niña o adolescente maltratado o abusado es una realidad que debe conmovernos y dolernos a todos los hombres y mujeres de este país. No es un niño o niña de barrios alejados o de alguna provincia; es nuestra propia integridad la que sufre esa aberración.

¿Qué pasa en esta Bolivia para que cada día ocurra tal cantidad de hechos sexuales de tamaña magnitud? ¿Quién está fallando? ¿Acaso Bolivia no tiene un montón de leyes que protegen a los niños, niñas y adolescentes, e instituciones del Estado con competencias específicas?

Tres miradas importantes dan pistas para comprender este informe, que refleja una realidad dura, cruel e indignante, y que cada año se repite en conferencias de prensa donde los fiscales hinchan el pecho, presentando los hechos fríos como si fueran un logro, insinuando que todo es normal, producto del crecimiento de la sociedad, y que no deberíamos alarmarnos ni hacer escándalos.

¿Qué mensaje nos deja esta realidad lacerante que enfrentan los NNA?

Guisela Martínez, psicóloga y directora de la Fundación Alquimia, que acompaña a víctimas de violencia sexual, sostiene que esto es un llamado a revisar nuestros modelos de crianza y a alzar la voz por los niños y niñas que rompen el silencio. Greta Vargas, psicóloga de Acción Feminista, considera que esta sociedad es adultocentrista y violenta, donde la infancia no se ve como una etapa vulnerable que todos debemos proteger. Los agresores ven a los niños como objetos de abuso, sin posibilidad de defensa. Guillermo Dávalos, director de la Fundación SEPA, advierte que la violencia sexual contra la niñez es masiva y sistemática, con una normalización del abuso en hogares, escuelas y comunidades. Esto revela fallas estructurales en prevención, detección y respuesta. Denuncia que el sistema de protección, incluyendo defensorías, sistema judicial, educativo, familia y prensa, no funciona de manera efectiva ni articulada.

¿Qué hacer frente a esta realidad cruda y vergonzosa? Martínez exige acción coordinada: promover una cultura de respeto, capacitar a docentes, aplicar la ley con rigor, asignar recursos económicos y supervisar el cumplimiento de derechos. Dávalos plantea fortalecer el Sistema Plurinacional de Protección, implementar estrategias preventivas en escuelas, promover la participación de los NNA en la defensa de sus derechos y garantizar justicia y reparación integral. "Estamos fallando como sociedad. Proteger a la niñez no es opcional, es una obligación ética, política y humana", subraya. Vargas pide un trabajo integral, urgente, dirigido a padres y adultos: brindar información adecuada y herramientas para que los niños puedan protegerse.

No hay tiempo que perder. Es una tarea que no admite excusas. La sociedad y el Estado deben intensificar una cruzada nacional e integral contra los abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes, que tienen derecho a una infancia feliz y segura. ¡Urge una agenda integral, con responsabilidades claras, para proteger a los NNA de Bolivia!

Hernán Cabrera es periodista.



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