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Ágora republicana | 25/11/2025

No renunciemos a escribir un guion razonable y ocurrente

Carlos Hugo Molina
Carlos Hugo Molina
Dice la IA que un guion teatral es el texto que contiene los elementos para la puesta en escena de una obra, y en él están los diálogos, las acotaciones sobre acciones y escenografía, y la estructura general. 

Funciona como una guía, tanto para los actores, sobre qué decir y cómo actuar, como para el director y el equipo técnico, que lo usan para coordinar la iluminación, el vestuario, la música y otros detalles artísticos y técnicos. 

Por ejemplo, Romeo y Julieta, escrita por William Shakespeare, publicada por primera vez en 1597, tiene un guion de cumplimiento riguroso y un parlamento de contenido inmodificable. Todos sabemos, desde entonces, el contenido de la obra, su desarrollo y su epílogo trágico.

Lo que está ocurriendo en Bolivia en este momento es de una creatividad literaria exquisita, y si no estuviesen en juego nuestra seguridad y nuestro futuro, podríamos sentirnos privilegiados de ser testigos, actores y actrices de la irrupción de una obra monumental que tendría que concluir en una extraordinaria opera prima.

Resulta que somos testigo de la construcción de una trama complicadísima que no encaja todavía en la calificación de drama, comedia o tragedia. O, llevado a la religión, en el suprimido Santo Rosario que recoge la vida de Jesús en sus misterios gozosos (infancia), dolorosos (pasión), gloriosos (resurrección) y luminosos (vida pública).

El libreto ha seguido hasta ahora una combinación de hipérboles sorpresivas, con cambio de actores, escenarios, vestuarios y ritmos musicales que está dejando sorprendido a los constructores de realidades más creativos. Es posible que mientras lea este relato, pasen las impactantes escenas de los últimos meses, con un desenlace en 17 días que superan generoso a los cuentos de Borges o la inagotable magia de García Marques.

Se dice que la ironía es el instrumento que tiene el filósofo para sublimar su tristeza y aquí salta la magistral frase de Joan Prats en relación a Bolivia: “Es más fácil salir del error que de la confusión”. ¿Cómo se puede corregir una conducta si el sujeto no sabe, no conoce, no acepta que la tiene? 

Entre ironía y confusión entonces, interpelemos a los “hados propicios” para que no perdamos la sonrisa, recordando a Adalberto Kuajara Arandia, con su frase magistral para situaciones como estas: "Qué pasaría si en un súbito arrebato de cordura colectiva, ¿hacemos las cosas de una manera distinta a la del desastre bochornoso y conocido que se viene?".

Habría sido un despropósito terminar este texto sin una Epifanía que nos traiga revelaciones de profetas, chamanes, médicos brujos, oráculos, Ipayes, amautas, druidas, poetas o astrónomos interpretando visiones más allá de este mundo:"Despertó, y el dinosaurio seguía ahí".Augusto Monterroso"Cuánto tiempo es para siempre?, a lo que el Conejo responde : "A veces, sólo un segundo. Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas:"Se vende zapato de bebe. Sin uso", atribuida a Ernest Hemingway."Algunas claves/del futuro/no están en el presente/ni en el pasado/están/extrañamente/ en el futuro." Mario Benedetti.

“La inteligencia debe servir para convertir la carencia en virtud,” Roberto Barbery Anaya. 

Carlos Hugo Molina es investigadores social.


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