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12/06/2020
Cuestión de Ideas

El organismo electoral en el ojo de la tormenta

Wálter Guevara Anaya
Wálter Guevara Anaya

Hay tres maneras de resolver los conflictos sociales, sobre todo cuando se vuelven extremos. Si es que la furia por la pérdida de ingresos, el miedo al contagio y la incertidumbre política son atizados con éxito por el MAS, podemos llegar muy pronto a esos extremos.

La primera es contenerlos con gases lacrimógenos y balines. Si eso falla, queda la lucha abierta entre las partes, hasta que una de ellas predomine sobre las demás. La segunda es la política. Para eso se han inventado las negociaciones, las conciliaciones, la conformación de pactos y de acuerdos entre los actores en conflicto.

La tercera es el voto, que es la política puesta en manos del pueblo. Votamos en el sindicato, en la OTB, en la empresa, en nuestro curso, en el club, en el partido político. Lo hacemos en todo el país en los momentos en los que hay que elegir entre personas y programas que nos ofrecen salidas divergentes a graves conflictos de intereses y soluciones a problemas comunes.

Las cosas se complican cuando denunciamos a los encargados de administrar las elecciones y sembramos desconfianza en ellos. Por eso el organismo electoral debe evitar a toda costa la más mínima apariencia de parcialidad. Eso es difícil cuando hay candidatos interesados en acusarlo de faccionalismo o de ineficacia para esconder sus propias debilidades o perfidias.

Tareas comentadas en orden

Antes de condenar a las autoridades electorales sin saber lo que hacen, es bueno tomar unos breves momentos para examinar algunas de sus tareas. Las podemos dividir en cuatro grupos: 1) las importantes, pero no urgentes, 2) las urgentes, sean o no importantes, 3) las que pueden hacerse fácilmente y 4) las difíciles o que no están entre sus atribuciones legales.

Lo más urgente, importante y totalmente factible que puede hacer el organismo electoral es eliminar las restricciones a las encuestas, permitiendo su publicación inmediata. Cualquier acuerdo entre los candidatos respecto a una reducción de candidaturas o pactos sobre una sola candidatura depende en gran medida de lo que señalen las encuestas.

Los candidatos que estén en tercer lugar o más abajo en la mayoría de las encuestas deberán considerar su declinación y ofrecer su apoyo a quien esté mejor posicionado. Una resolución de Sala Plena puede eliminar las restricciones a las encuestas en un par de horas. El efecto de esa pequeña decisión sobre el filtrado de candidaturas podría tener un alcance histórico.

En cuanto a la determinación de la fecha final de la elección, eso está en manos del virus. El organismo electoral acaba de apostar por el 6 de septiembre, introduciendo una oportuna cuota de certidumbre en el panorama electoral. Si el virus le gana la apuesta, debe decidir si nuevamente prefiere compartir la decisión de una nueva fecha con la aviesa bancada del MAS en la Asamblea Plurinacional o asumir sus atribuciones de fijarla por sí solo de acuerdo a ley.

El virus como agente de cambio

A partir de un virus estamos viendo nacer un nuevo país sin que el viejo termine de morir. ¿Qué nos dicen de eso los candidatos? Los votantes necesitamos saber si son capaces de proponer soluciones prácticas a los problemas emergentes de la pandemia. El organismo electoral debe exigirles que actualicen sus propuestas. Lo puede hacer de inmediato.

El miedo al contagio puede provocar un gran ausentismo el día de la elección. Si eso sucede, el próximo gobierno nacerá con muy poca legitimidad. Hay muchas maneras de resguardar la salud de los votantes para que no se queden en casa el día de la elección.

Se pueden establecer recintos más numerosos con mesas más espaciadas. Es de sentido común capacitar a todos los votantes y jurados de mesa para que usen barbijos, mantengan una distancia segura y acudan a las urnas con gel de alcohol para sus manos.

Hay que evaluar si se pueden programar votaciones presenciales en días y horas diferentes por terminación del carnet de identidad. Para las personas mayores y las de salud delicada es de vida o muerte que se habilite la votación por red o por algún courier contratado al por mayor.

La capacitación de miles de jurados electorales de todas las edades y condiciones se puede llevar a cabo por internet. Al mismo tiempo hay que anticipar y neutralizar todas las acciones fraudulentas que aprovechen de estas medidas.

La organización y conducción de los debates es una tarea central del organismo electoral. Se los debe reglamentar y programar sin demora. Para su difusión sin riesgos se justifica la organización de una cadena nacional de radios y televisiones. También es importante que se reglamenten las condiciones de la campaña oficial, empezando por las proclamaciones.

Destacados expertos discrepan sobre si existe o no existe una desproporción indebida entre el voto rural y el urbano. Es importante aclarar este problema mediante un estudio, por más que el organismo electoral no tenga atribuciones para modificar la normativa aplicable.

Una tarea de la mayor importancia y urgencia es la depuración del padrón electoral. Esto toma mucho tiempo y esfuerzo. La postergación de la fecha de las elecciones permite hacerlo con transparencia y precisión. Se lo puede hacer con apoyo de organismos multilaterales que tienen distinguidos expertos en la materia. Salvador Romero fue uno de ellos en su momento.

La inscripción de nuevos votantes en el extranjero se puede reabrir solamente si se disponen maneras de que no afecte la integridad del padrón electoral. Con el debido cuidado se puede extender la inscripción a la gente que haya cambiado de domicilio. De esa manera pueden determinar el nuevo recinto donde les toca votar, sin que se los prive del derecho a elegir.

Es oportuno evaluar si se puede adoptar una modalidad de inscripción automática para todos los bolivianos que cumplan la edad de votar. Todos los que estén inscritos en el Registro Civil pueden ser transferidos al Padrón Electoral al cumplir 18 años, siempre y cuando existan modalidades de purgar a los que se den modos de hacerlo de manera fraudulenta.

Finalmente, hay que aplaudir la decisión recientemente tomada de que se empadronará a más de 100.000 jóvenes que cumplirán la edad de votar hasta el día del sufragio. Muchos de ellos participaron en la Resistencia de las Pititas. Sus mayores pensaban que eran indiferentes. Es un orgullo para el país que se incorporen a una ciudadanía plena y ejerzan su derecho a votar.

Wálter Guevara es un inficionado a la filosofía.



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