El Inca y Dios dialogaron sobre la ira

En un rinconcito de un planeta aún no descubierto, dialogaban el Inca y Dios. Estaban un poco cansados ya de tanto vivir y observar la marcha de la humanidad. El Inca quiere mirar a los ojos a su vecino Dios, pero éste dirige su mirada más allá del Infinito, como haciéndose el desentendido de que el Inca quería decirle algunas cosillas.

Inca: Mira Dios te voy a confesar algo, que aún no encuentro respuestas y como tú lo sabes todo, podrías darme algunos consejos, porque cada vez entiendo menos a la gente de allá abajo.

Dios: Mande mi amigo, sabe que siempre hemos vivido en concordia y en diálogo, así que lance sus dardos, digo sus preguntas, que yo también ya ando medio pochecó con tantas dudas que la gente me hace cada vez que alguien se le muere, se enferma o queda en la quiebra.

Inca: Alguien me puso en un serio aprieto, quiere que despierta mi ira, la furia, el enojo, el furor, los rayos destructores de mi poder, ¿qué puedo hacer Dios?

Dios: Algo escuché por ahí, que lo invocaron, y me acordé de Sodoma y Gomorra, cuando mandé a destruir toda una ciudad, porque no obedecieron mis leyes e hicieron de sus vidas una joda total, orgías y demás yerbas. Pero lo suyo es algo distinto mi amigo Inca.

Inca: Claro es distinto, porque donde me invocaron están en conflictos, peleándose unos contra otros, otros queriendo trabajar, vivir mejor y el que pidió que despierte mi ira, es una autoridad importante y eso me pone en contradicción, porque una autoridad está para gobernar para el conjunto de personas que conforman una  nación, ¿no le parece Dios?

Dios: Como yo soy todo bondad, amor, fe, así como dicen los curas, las monjas, los evangélicos, mormones y hasta los ateos, le podría decir que su ira se desactive y dígale que nunca tuvo esa ira, ni incluso cuando llegaron los españoles a su tierra, que los llenaron de oro y comida.

Inca: Un momentito Dios, yo también hace más de 500 años junto al tata Inti y a Wiracocha, somos seres de bondad y somos rayos de luces, de paz, de armonía con el universo y con ustedes, no me diga indirectas. ¿Cuál sería su mensaje?

Dios: Esa nación donde se dijo lo de su ira, creo que se llama Bolivia, bueno devuelva ese mensaje, con este otro: que toda ira es para destruir la maldad, el odio, las injusticias y que siempre podemos convivir entre diferentes y diversos, así como nosotros lo venimos haciendo hace miles de siglos.

Luego el Inca y Dios se fueron a caminar por cada una de las estrellas de las galaxias, observando de reojo el caminar de la humanidad.

Hernán Cabrera es Lic. en Filosofía y analista