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15/08/2019

El diputado Borda quiere que yo deje de defender los intereses de Potosí

En torno a las recientes declaraciones realizadas a radio Kollasuyo de la ciudad de Potosí por el presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, contra mi persona, me veo obligado a responder de acuerdo con los siguientes puntos:
En primer lugar, me acusa de ser un agente chileno y antipatriota, infiltrado en las filas del Comité Cívico Potosinista, de no querer que se industrialice el litio boliviano y de plantear posturas políticas prochilenas. Es más, casi fuera de sí, se atreve también a vetar mi participación en las negociaciones del Comité Cívico con el gobierno, sugiriendo incluso mi expulsión de la ciudad de Potosí, a tiempo de invitar a todos a buscar en internet la prueba de mi supuesto pecado, es decir el informe de la Comisión Nacional de Litio de Chile, en el que yo participé como uno de los autores del documento “Litio, una fuente de energía: Una oportunidad para Chile”.

Estos ataques se deben a que yo he denunciado las condiciones entreguistas e ilegales del reciente contrato con la empresa alemana ACISA para la producción de litio en el Salar de Uyuni, como detallo líneas más abajo.

Al respecto, aclaro a la opinión pública que durante seis meses, entre junio de 2014 y enero de 2015, participé en la Comisión Nacional de Litio de Chile como invitado internacional junto al profesor John Tilton de la prestigiosa Colorado School of Mines de Estados Unidos y 17 otros expertos. Este hecho fue difundido en Bolivia por Erbol y reproducido por distintos medios de prensa los primeros días de julio de 2014. No fue ninguna sorpresa o ningún secreto para nadie.

Como evidencia de ello, el 5 de febrero de 2015, una vez concluido el trabajo de la comisión, y, “por su importancia y relevancia para Bolivia”, publiqué en El Diario un artículo describiendo el informe final de la misma y resumiendo los principales puntos del acápite de Conclusiones.

Que el diputado Borda no haya conocido esta información con anterioridad me tiene sin el menor cuidado, aunque, por supuesto, eso no le da ningún derecho a echarme encima todos los improperios y calificativos mencionados líneas arriba sin la menor justificación y mucho menos a vetar mi participación como asesor del Comité Cívico Potosinista en las negociaciones sobre el litio con el gobierno o, lo que es más grave todavía, a sugerir mi expulsión de la ciudad de Potosí. ¡Vaya atrevimiento!

Con referencia a este punto, emplazo al aprendiz de dictador a comprobar las cosas de las que me acusa y que, más allá de intentar amedrentarme con el poder político del que circunstancialmente goza, le advierto que no permitiré que ose manchar mi honor y reputación, ganados con esfuerzo y sacrificio a través de toda mi trayectoria académica y profesional.

De la misma manera, conviene dejar sentado que el atolondrado diputado falta a la verdad al afirmar que el citado informe fue una propuesta mía, ya que fue el resultado del intercambio de criterios y puntos de vista técnicos de los diferentes expertos incluidos en la comisión. Que el diputado no entienda lo que significa formar parte de un grupo de expertos en un país extranjero es su problema, pero está claro que esto tampoco le da atribución alguna para acusarme de atentar contra los intereses nacionales.

Sobre este asunto en particular, exijo al diputado Borda que demuestre la existencia de una sola frase que se refiera o afecte negativamente a Bolivia en el mencionado informe. Le demando, asimismo, a presentar evidencia sobre su denuncia de que no quiero que se industrialice el litio boliviano.

Por lo demás, alerto al pueblo potosino para que no se deje convencer por el flamante vendedor de ilusiones que lo único que estaría buscando es acallar mi voz para favorecer los intereses del régimen de turno. En este sentido, le pregunto: ¿Quién se cree que es para intentar mellar una pizca de mi libertad? Si considera que con sus paradas de gallo viejo me va a asustar para salir corriendo de Potosí, se equivoca de palmo a palmo. 

En segundo lugar, resulta claro que el ataque frontal contra mi persona por parte de la cuarta autoridad del Estado, convertida ahora en el nuevo interlocutor del proyecto del litio, tiene como principal objetivo propiciar el fracaso del movimiento reivindicatorio del departamento cuyas entidades vivas y pueblo en general poco a poco se van dando cuenta de quienes son los verdaderos traidores a Potosí. 

Es fácil comprender entonces el planteamiento dilatorio y distraccionista de Borda al sugerir la necesidad de crear una normatividad específica para el litio porque, según él, no se puede “mezclar los minerales con el tema del litio” y para que la comisión técnica creada el lunes trabaje en esto, presumiblemente, durante los siguientes meses, mientras se consolida la empresa mixta YLB-ACISA al amparo del Decreto Supremo No. 3738 promulgado por el gobierno de Evo Morales Ayma el 7 de diciembre de 2018, que muy bien puede ser calificado como un instrumento legal “regala-patria”.

Con relación a estos últimos puntos, me pregunto si el diputado Borda sospechará al menos que el litio nunca dejó ni dejará de ser un mineral y que la acumulación de energía en baterías sólo constituye un uso más del mismo, razón por la cual su comentario referido a no “mezclar los minerales con el tema del litio” demuestra su completa ignorancia sobre la cuestión.

Para su información, el litio también puede ser extraído de yacimientos minerales de roca dura; de hecho, desde 2011 Australia ha pasado a ser el líder en la producción de litio de este tipo de depósitos. ¿Tendrá sentido entonces hablar de litio obtenido a partir de recursos evaporíticos de manera excluyente? ¿Qué sucederá si en los próximos años se descubren nuevos yacimientos de litio en roca dura en las ricas formaciones geológicas y mineralógicas de nuestro país?

Pero, la osadía del presidente de la Cámara de Diputados ha llegado aún más lejos. En su nuevo rol de experto de litio, el diputado Borda ha lanzado algunos conceptos totalmente ininteligibles sobre precios y regalías del metal que sólo lo han conducido a hacer el ridículo. En efecto, su apreciación de que “los departamentos productores de petróleo reciben el 11% del barril crudo sacado… en boca de pozo” no tiene ningún sentido. Del mismo modo, su aseveración de que “la salmuera como producto bruto en el mercado internacional cuesta 0,025 centavos, o sea es ínfimo, es nada” y que por esa razón en Bolivia se aplica “el 3% no al producto bruto sino al producto industrializado, a un producto que ya ha sido procesado”, quiere decir que el diputado se encuentra en la inopia sobre todos estos temas.

Por último, como la realidad es muy diferente al mundo imaginario que pretende hacernos creer el diputado Borda, advierto otra vez al pueblo potosino que el DS No 3738 es ilegal y entreguista, representando el mayor atentado a los intereses de la patria, por lo que debe ser abrogado de manera inmediata.

Es ilegal porque contraviene las leyes 535 de Minería y Metalurgia y 928 de Creación de YLB al (1) permitir compartir con ACISA todas las actividades de la cadena productiva del litio; (2) incumplir la participación 100% estatal en las dos primeras fases de la estrategia; y (3) considerar al hidróxido de litio como un producto industrializado, eximiendo a la empresa mixta del pago de regalías a Potosí, legalizando el saqueo del litio en el país.

Es entreguista porque, entre otras cosas, (1) la mayoría accionaria de YLB en la empresa mixta es un saludo a la bandera debido a que el DS determina que no se podrán instalar reuniones del directorio ni tomar decisiones sin la participación de al menos un miembro de sus socio minoritario; (2) la empresa mixta no pagará regalías a Potosí por el hidróxido de litio que produzca; (3) YLB deberá entregar 1,8 millones de toneladas/año de salmuera residual a precio de costo durante 70 años para la expoliación de cerca del 50% de los recursos de litio más ricos del Salar de Uyuni, regalando el 49% de los mismos a la empresa alemana; (4) en caso de que esa cantidad de salmuera residual no sea entregada, YLB deberá completarla de su propia producción de carbonato de litio; (5) ACISA mantendrá en todo momento los derechos propietarios de su tecnología; (6) ACISA sólo invertirá, en forma de aporte de capital, 22,05 millones de dólares, siendo el resto cubierto mediante aporte de capital de YLB (22,95 millones de dólares) y gestión de financiamiento conjunta (255 millones de dólares), desconociendo los más de 600 millones de dólares ya invertidos por Bolivia en el fallido proyecto del litio. 

Juan Carlos Zuleta Calderón es analista de la economía del litio.



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