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De frente | 01/07/2025

Bicentenario: crisis y oportunidad

Oscar Ortiz
Oscar Ortiz

Bolivia llegará a la conmemoración del Bicentenario de la fundación de la Republica sumida en una profunda crisis institucional, económica y social. La conmemoración no tendrá, en estas circunstancias, ningún realce, víctima del desprecio que los actuales gobernantes sienten hacía todo lo republicano, sinónimo del poder limitado y sujeción al Estado de Derecho.

Sin embargo, esta crisis que la nación experimenta debe convertirse en una oportunidad para aprovechar la desilusión ciudadana con este nuevo experimento estatista y populista, para ir más allá del cambio de un modelo económico, hacía la verdadera construcción de un Estado moderno e institucionalizado, orientado al servicio al ciudadano, y basado en el respeto de las libertades y derechos fundamentales de las personas.

Generalmente, las naciones aprovechan este tipo de aniversarios para promover el debate público con miras a la discusión de los grandes problemas nacionales; el análisis del estado del desarrollo del país y los principales desafíos que se deben afrontar para proyectar la construcción de un mejor futuro con mayor prosperidad y bienestar para su población.

Nada de esto ha sucedido, con la excepción de algunas entidades que, por iniciativa privada, han procurado desarrollar estudios y propuestas valiosas para el desarrolla nacional.

Entre estos, recientemente, la Fundación Milenio ha presentado una propuesta muy interesante y valiosa para que sea aprovechada por la próxima gestión de gobierno: el Plan Bicentenario para vencer la crisis y construir el futuro, en cuya elaboración han participado conocidos economistas y profesionales con experiencia en la gestión pública, tanto en Bolivia como en otros países.

En la propuesta se plantean algunos ejes prioritarios para afrontar y superar la crisis, empezando con un programa de estabilización económica, que debe ser complementado con un programa de transformación productiva, oportunidades y potencialidades, desarrollo humano, desarrollo sostenible. Además de un componente fundamental orientado a la gobernabilidad democrática.

No pretendo entrar en el detalle de la propuesta, puesto que lo valioso sería que éste y otros documentos similares sean leídos por los lideres de opinión, debatidos en las universidades y aprovechados por los equipos técnicos de quienes aspiran a gobernar Bolivia en el próximo periodo constitucional. Para ello, esta investigación es accesible, gratuita al público, desde la página web de la Fundación Milenio. 

Sin embargo, quisiera destacar dos ideas que me parecen centrales: impulsar una revolución exportadora y consolidar la gobernabilidad democrática. Lo primero es fundamental para encontrar un camino hacia la superación de la actual crisis económica y la búsqueda de la sostenibilidad en el crecimiento y el desarrollo, a largo plazo de la economía nacional.

Después de 80 años de hegemonía, de discurso estatista y rentista, no será una tarea fácil. Los bolivianos hemos sido educados con la idea de que somos pobres sentados sobre una gran riqueza natural. Además, de que los extranjeros nos explotan. Esto en lugar de inculcarnos que somos gente trabajadora y capaz, con un gran país en el que podemos desarrollar nuestra iniciativa y emprendimiento, para proyectarnos e integrarnos competitivamente a la economía internacional, abandonando la engañosa y falsa idea de que con el mercado interno podemos superar la pobreza y progresar.

La otra idea fundamental es la de reconstruir la institucionalidad democrática para garantizar la gobernabilidad.

Quizá, una de las principales lecciones del proceso de aprobación y aplicación del DS 21060 que permitió estabilizar la economía y superar la hiperinflación en el año 1985, es que no solo se necesita un equipo de técnicos y especialista en economía sino también liderazgo político para construir los acuerdos necesarios que permitan consolidar una mayoría ciudadana y parlamentaria que sostenga las reformas que se deben encarar.

En este punto generalmente se destaca el rol que tuvo en su último mandato el expresidente Paz Estenssoro. Aunque en mi opinión, también se debe resaltar al aporte del expresidente Hugo Banzer, que apoyo la implementación de las medidas, garantizando su sostenibilidad en el tiempo, frente a quienes pretendían desestabilizar la gestión que procuraba ordenar la economía boliviana.

Los desafíos para la próxima gestión son gigantescos y se necesitará mucha visión y capacidad de los gobernantes para comunicar adecuadamente a los ciudadanos los cambios que se deben realizar, y así mantener el apoyo mayoritario de la gente, para que esta crisis se convierta en una oportunidad de desarrollo a largo

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