Durante algo más de dos horas y 30 minutos, ambos candidatos abordaron los temas que marcan la agenda electoral chilena: seguridad, migración, economía, pensiones, salud y derechos sociales.
Brújula Digital|10|12|25|
Raúl Peñaranda U.
En un ambiente de alta tensión y con una audiencia expectante, José Antonio Kast y Jeannette Jara protagonizaron anoche el debate presidencial antes del balotaje del próximo 14 de diciembre.
Durante algo más de dos horas y 30 minutos, ambos candidatos abordaron los temas que marcan la agenda electoral chilena: seguridad, migración, economía, pensiones, salud y derechos sociales. El debate fue organizado por Asociación Nacional de TV de este país y transmitidos desde los estudios del canal estatal.
El debate fue seguido por unos cinco millones de chilenos, pero en el set solo se permitió el ingreso de 14 personas, entre ellas Brújula Digital.
Kast, abanderado de la derecha, reafirmó su propuesta de mano dura: endurecer penas, reforzar el control migratorio e implementar mecanismos más estrictos contra la delincuencia. Sus medidas apuntan a calar en un electorado que prioriza el orden y seguridad.
Por su parte, Jara apostó a un enfoque basado en la prevención social, integración migratoria y reformas estructurales orientadas a equidad: una reforma tributaria progresiva, pensiones mixtas con mayor rol del Estado y un robustecimiento de políticas sociales.
El debate alcanzó momentos de alta tensión. Jara cuestionó que Kast no fuera suficientemente claro en si va a respaldar o no la semana de 40 horas laborales que ella ayudó a aprobar en el Congreso y que el partido de su contrincante, Republicanos, no apoyó.
En el programa electoral de Kast se señala que la medida, altamente popular en Chile, puede ser “revisada” para el caso de las PYMES, pero en el debate dijo que no cambiaría aquello, ingresando en una presunta contradicción.
Jara, que es la candidata de la izquierda, y que ganó por escaso margen la primera vuelta realizada el 16 de noviembre, cuestionó el uso de un podio con vidrio blindado por parte de Kast en su campaña, aludiendo a una imagen de candidato que se distancia de la ciudadanía.
Según los críticos de Kast, él utiliza ese podio para exagerar la impresión de inseguridad en Chile. Según la Policía chilena, no existe en el país un riesgo de real de atentado contra ninguno de los candidatos.
Jara obtuvo el 26,8% de los votos en la primera vuelta, menos de lo esperado; Kast logró el 23,9%, pero la suma de todos los candidatos de derecha supera holgadamente el 50%. El cambio de gobierno se realizará el 11 de marzo próximo.
Kast, que es el favorito rumbo a la segunda vuelta, respondió con vehemencia al punto de que usa esa protección del vidrio blindado, argumentando que se trata de una medida de seguridad legítima: “en otros países han atentado contra candidatos, ¿eso buscas?”, replicó.
El cruce dejó en evidencia no solo diferencias programáticas, sino también un marcado contraste de estilos y narrativa simbólica.
En el plano económico, las divergencias fueron igual de claras. Mientras Kast defendió mantener incentivos a la inversión privada y continuar el esquema de AFP privadas, Jara sostuvo que la situación social obliga a ajustes profundos: propone un sistema mixto de pensiones y una reforma que combine crecimiento con redistribución.
Sus críticas al modelo actual apelan a los sectores más vulnerables, buscando capitalizar el descontento con las desigualdades persistentes.
El tono del encuentro combinó argumentos duros con apelaciones emocionales: por un lado, Kast se refirió permanentemente al temor colectivo ante la inseguridad y al deseo de orden; por otro, Jara invocó la urgencia de justicia social, dignidad y solidaridad.
Pese a la intensidad, no hubo grandes deslices de propuesta: ambos cuidaron su discurso, aunque Kast cometió un lapsus al referirse a cifras de homicidios: en vez de decir 1.200 muertos al año por efectos de la delincuencia, dijo 1,2 millones.
Con este cara a cara, ambos candidatos consolidan su papel como los protagonistas indiscutidos de la elección. Kast reafirma su liderazgo en la derecha dura, mientras Jara fortalece su perfil como representante de la izquierda social, con mirada crítica sobre desigualdades estructurales.
Para analistas, si bien los debates rara vez cambian radicalmente las preferencias, sí tienen el potencial de mover a un segmento indeciso, pero a estas alturas se ve difícil que pude cambiar el resultado.
El formato del debate en Chile alienta los cruces de opiniones entre los dos candidatos y le da un rol muy importante a los periodistas, cinco de ellos en la jornada de anoche. Los periodistas puede interrumpir y repreguntar varias veces.
A pocos días del balotaje, este debate dejó planteadas muchas de las preguntas que definirán el próximo gobierno: ¿prioridad al orden y seguridad? ¿O redistribución y justicia social? El domingo 14 de diciembre el electorado tendrá la palabra.
BD/RPU