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Mundo | 08/06/2025   08:50

Atentado a candidato presidencial sacude a Colombia y despierta los fantasmas del pasado

En la campaña previa a las elecciones presidenciales de 1990, hubo varios políticos asesinados como parte de la violencia criminal de las bandas de narcotráfico y de la guerrilla, además de otros ataques.

Integrantes de la Policía de Colombia custodian este domingo la zona dónde fue herido el senador colombiano Miguel Uribe Turbay/EFE
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Brújula Digital|Agencias|08|06|25|

El senador colombiano Miguel Uribe Turbay, de 39 años, recibió disparos en la cabeza de parte de un sicario cuando pronunciaba un discurso en la localidad de Fontibón, cercana al aeropuerto El Dorado de Bogotá el sábado y se encuentra en estado crítico.

El atentado contra el político conservador sacudió a Colombia y revivió los fantasmas de los años 90, cuando los ataques contra políticas eran una aterradora realidad: hace 35 años, en la campaña previa a las elecciones presidenciales de 1990, hubo varios políticos asesinados como parte de la violencia criminal de las bandas de narcotráfico y de la guerrilla, además de otros ataques.

El 11 de octubre de 1987 fue asesinado el precandidato Jaime Pardo Leal. El 3 de marzo de 1989, un atentado en el aeropuerto El Dorado provocó la muerte del líder de la Unión Patriótica, José Antequera, y dejó herido al futuro presidente Ernesto Samper. 

El 18 de agosto del mismo año, Luis Carlos Galán, candidato presidencial designado por el Partido Liberal y favorito para las elecciones, fue asesinado a tiros durante un mitin.

César Gaviria se convirtió entonces en el principal candidato del partido; el 27 de noviembre, el vuelo 203 de Avianca, con 107 personas a bordo, fue objeto de un atentado con bomba en un intento de asesinarlo. Gaviria no abordó el vuelo y resultó ileso, pero todos los pasajeros murieron, así como tres personas en tierra que fueron alcanzadas por los escombros.

El 22 de marzo de 1990 fue asesinado Bernardo Jaramillo Ossa, candidato de la Unión Patriótica, lo que llevó a ese partido a retirarse de las elecciones. Otro asesinato ocurrió el 26 de abril, cuando fue ultimado Carlos Pizarro Leongómez, candidato del AD/M-19.

Pablo Escobar

Paralelamente Colombia vivió la violencia generada por Pablo Escobar, quien lideró una intensa ofensiva criminal para presionar al Estado y obtener beneficios judiciales. Entre sus maniobras más audaces estuvo la organización de una serie de secuestros selectivos, principalmente de periodistas, con el objetivo de forzar su reconocimiento como "delincuente político".

Entre las víctimas de esta ola de secuestros se encontraban figuras como Diana Turbay, la madre del congresista atacado este sábado, Marina Montoya, Francisco Santos, Maruja Pachón y Beatriz Villamizar, además de cinco periodistas más. La estrategia de Escobar buscaba condicionar al gobierno a eliminar la extradición de colombianos hacia Estados Unidos.

Mientras tanto, otros miembros del Cartel de Medellín también empezaron a rendirse. Entre diciembre de 1990 y febrero de 1991, los hermanos Jorge Luis, Juan David y Fabio Ochoa –socios cercanos de Escobar– se entregaron a las autoridades.

No obstante, la violencia continuó. El 12 de diciembre de 1990, una bomba del cartel mató a siete policías en Medellín. El 22 de enero de 1991, dos de los hermanos Prisco —jefes de la banda criminal de sicarios conocida como "Los Priscos"— fueron abatidos por las fuerzas del orden. Dos días después, durante un intento de rescate, murió Diana Turbay junto con tres de sus captores. En el mismo operativo, Marina Montoya –hermana del exsecretario de Presidencia, Germán Montoya– fue ejecutada.

La escalada de violencia prosiguió con más atentados: diez policías fueron asesinados, una explosión en un bus dejó seis muertos y, el 16 de febrero, una bomba contra una patrulla del F2 en Medellín causó la muerte de 25 personas. También fue asesinado el exministro de Justicia, Enrique Low Murtra.

Escobar decidió liberar al resto de los secuestrados una vez que se aseguró de que la Asamblea Nacional Constituyente había aprobado, el 19 de junio de 1991, un artículo que prohibía la extradición de colombianos. Entonces, se entregó en Medellín acompañado del sacerdote Rafael García Herreros y del político Alberto Villamizar.

Tras su entrega, Escobar fue recluido en una prisión construida especialmente para él: la llamada "Catedral", en Envigado. Desde allí, sin embargo, continuó dirigiendo sus operaciones ilegales con la ayuda de dos aliados cercanos. Para julio de 1992, casi un año después de su encarcelamiento, Escobar se había convertido en un extorsionista de alto perfil. 

Empezó a exigir dinero a otros narcotraficantes y ordenó la ejecución de Fernando ‘el Negro’ Galeano Berrío y Gerardo ‘Kiko’ Moncada Cuartas, bajo el pretexto de que le habían ocultado 20 millones de dólares. La posterior purga interna dejó al menos 50 muertos.

Ante la gravedad de los hechos, el gobierno ordenó el traslado de Escobar a otra prisión. Pero el capo y ocho de sus hombres, entre ellos su hermano Roberto, se fugaron de La Catedral el 22 de julio de 1992.

El Estado colombiano respondió con la creación del Bloque de Búsqueda, una fuerza especial integrada por miembros de la Policía Nacional y del Ejército, bajo el mando del general Hugo Martínez. Esta unidad tendría como misión exclusiva la captura de Escobar, en una cacería que duraría hasta su muerte en diciembre de 1993.

Recién a principios de los 2000, la violencia en Colombia empezó a reducirse.

BD/RPU





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