CNC: la ASPB pierde la oportunidad de fortalecer el comercio exterior boliviano en puertos chilenos

Brújula Digital|23|09|21|

Una política errada de encarecer costos de operación por parte de la Administradora de Servicios Portuarios de Bolivia (ASP-B), hace que esta entidad estatal pierda la oportunidad de fortalecer al comercio exterior boliviano en puertos chilenos, según el gerente General, Gustavo Jáuregui.

“Tenemos entidades que en lugar de estar coadyuvando con ese desarrollo, ese fortalecimiento del comercio exterior, lo único que hacen es entorpecerlo. Y es lo que hemos visto, tenemos una problemática muy complicada porque desde varios puntos no se están generando medidas que coadyuven”, aseveró Jáuregui en entrevista con Brújula Digital.

La CNC estima que decisiones cuestionables de la ASP-B restan competitividad a las operaciones de comercio exterior del país, incrementando costos de operación por flete de contenedores en 400 mil dólares anuales y en tarifas a empresarios que se incrementan en un millón de bolivianos.

A la par de la importancia del comercio exterior para la reactivación económica que es muy clara –dijo el empresario- se vio los datos a julio de este año que muestran un superávit comercial de más de 1.000 millones de dólares, que de alguna forma son un pilar fundamental para la reactivación económica.

“La economía, de haber estado cerrada, contraída por las medidas de restricción del 2020, ante la ausencia de esas medidas hubo el factor rebote, que ha generado una mayor dinámica en la economía, pero no estamos aprovechando para que ese comercio exterior se dinamice aún más”, manifestó.

Jáuregui dijo que desde el sector empresarial, tanto importador como exportador se percibe que la ASPB está perdiendo la oportunidad de poder fortalecer al comercio exterior y que los cobros que realiza a los importadores en el puerto de Arica, también está afectando a exportadores que a su vez importan insumos para su industria.

“Este tipo de medidas continúan restando competitividad a nuestro comercio exterior, que ya no se trata de externalidades, como la pandemia, sino de algo que podemos controlar como es generar buenas condiciones al comercio exterior boliviano a través de nuestra entidad como es la ASP-B ante los puertos de Arica y Calama y no lo estamos haciendo”, señaló.

El empresario dijo que algo que se hizo notar es que la ASP-B, no solo afecta a los importadores. “Si bien la ASP-B cobra por los servicios que brinda la Terminal Portuaria de Arica (TPA) solo a los importadores, hay que entender esto de manera muy clara; los importadores son industriales bolivianos, que producen e importan bienes de capital para la industria o insumos para la industria. No solo son puramente comerciantes”

En ese marco recalcó que desde la ASPB se resta competitividad a los importadores nacionales que a su vez son exportadores. “De alguna forma le están restando dinámica al flujo del comercio exterior por ese puerto, lo cual va a afectar también al transporte terrestre, porque mucha de la carga está migrando al puerto de Iquique”, indicó.

Cuestionó que la ASPB dependa del Ministerio de Economía, al igual que el Servicio de Impuestos Nacionales o la Aduana Nacional -con carácter recaudatorio- cuando por su naturaleza debería ser parte de la estructura del Ministerio de Desarrollo Productivo.

“¿Realmente una entidad creada para apoyar al comercio exterior se debe convertir en una entidad recaudatoria?”, preguntó.

Por otra parte dijo que la capacidad de negociación  de la ASP-B ante el Estado chileno se ve mermada porque el país vecino cuenta con la Empresa Portuaria de Arica, homóloga de la ASPB que cuenta con concesión con la Terminal Portuaria de Arica (TPA), mientras que por parte del país no hay cohesión entre el sector privado y público para hacer prevalecer el Tratado de 1904 que involucra a los puertos de Arica y Antofagasta.

La pandemia dijo el empresario, que afectó a toda cadena del comercio exterior, y que ante el cierre de fronteras que se ha dado en muchos casos durante el 2020, no solo que se restó dinámica a la logística del comercio exterior, sino que frenó en muchos casos y  encareció los costos de operación. Muchos importadores y exportadores hasta cambiaron de rubro en función de la crisis sanitaria.

BD JMC