Los representantes de organizaciones, asociaciones de productores, instituciones y comunidades de distintas regiones del país se reunieron en Llallagua, Potosí, y emitieron un pronunciamiento conjunto en defensa de las semillas libres como base fundamental para la seguridad y soberanía alimentaria.
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Sumando Voces
Yenny Escalante
Los representantes de organizaciones, asociaciones de productores, instituciones y comunidades de distintas regiones del país se reunieron en Llallagua, Potosí, y emitieron un pronunciamiento conjunto en defensa de las semillas libres como base fundamental para la seguridad y soberanía alimentaria. El encuentro se desarrolló los días 8, 9 y 10 de mayo en el V Encuentro Nacional de Intercambio Solidario y Comunitario de Semillas Libres.
«Rechazamos contundentemente la introducción de semillas genéticamente modificadas que proceden de la biotecnología transnacional que afectan y vulneran nuestras semillas nativas y la soberanía de los pueblos, por lo que hacemos el llamado a toda la sociedad para generar resistencia», señala el pronunciamiento.
Desde este espacio, los participantes calificaron a las semillas transgénicas como una amenaza directa a la biodiversidad, la soberanía de los pueblos y la salud de los ecosistemas. Señalaron que estas prácticas, promovidas por empresas transnacionales, responden a intereses económicos y no al bienestar de las comunidades.
“La normativa actual sobre semillas es totalmente atentatoria a nuestros derechos”, denunciaron, apuntando que se vulneran los derechos específicos sobre la alimentación de campesinos e indígenas. En ese sentido, manifestaron su rotundo rechazo a las normas impulsadas por la Unión para la Protección de Obtenciones Vegetales (UPOV), que consideran contrarias a los derechos colectivos sobre las semillas.
Durante el encuentro, también se instó a las autoridades locales, regionales y nacionales a promover la conformación de registros comunitarios y bancos de semillas, como herramientas clave para la defensa del conocimiento ancestral y las prácticas agroecológicas. “Consideramos atentatorio contra nuestros pueblos y a nuestras semillas nativas las restricciones e imposiciones y toda propuesta sobre privatización de nuestras semillas que proviene desde la UPOV”, advirtieron.
El documento resalta la necesidad de construir sistemas agroalimentarios basados en la agroecología como respuesta concreta a la crisis alimentaria y climática. Se remarcó que los sistemas agroecológicos no solo preservan la biodiversidad, sino que también empoderan a las comunidades frente a un modelo extractivista que pone en riesgo su seguridad alimentaria.
Además, el pronunciamiento exige al gobierno boliviano respetar y aplicar marcos legales ya existentes, como la Constitución Política del Estado, la Ley de la Madre Tierra y otras normativas que reconocen el valor del patrimonio genético y los saberes ancestrales. También se pidió impulsar municipios agroecológicos y fortalecer la autonomía alimentaria de los pueblos.
Los firmantes llamaron a los medios de comunicación y a la sociedad civil a sumar esfuerzos para visibilizar la lucha por las semillas libres. “Defender nuestras semillas libres es de vida o muerte”, sentenciaron, dejando claro que esta defensa trasciende lo productivo para convertirse en una causa vital para los pueblos indígenas, campesinos y la humanidad.
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