Bolívar perdió en su casa la final de la Copa Bolivia y no pudo levantar ningún trofeo en el año de su Centenario. La gente que fue al estadio castigó de manera dura al director técnico.
Brújula Digital, Premium|22|12|25|
Flavio Robatto ya había escuchado gritos en su contra en el transcurso de la temporada 2025, pero nunca tan fuertes como los de este lunes en el estadio Hernando Siles de La Paz, al término de la derrota a manos de Nacional Potosí, que dejó a Bolívar sin título de la Copa Bolivia de la División Profesional.
“Fuera Robatto”, “Fuera Robatto” fue el incesante castigo que propinó la afición bolivarista al director técnico por la estrepitosa caída (1-4) en Miraflores, donde la Academia no pudo obtener el premio consuelo en el año de su Centenario.
Bajo el mando de su DT, Bolívar no logró retener el título de campeón nacional que había ganado en 2024. La corona fue a parar a manos de Always Ready.
Su esperanza era ganar la Copa Bolivia para celebrar por lo memos ese triunfo menor, sin embargo, en el último partido del año, un desconocido Bolívar fue goleado por Nacional, que le arrebató el primer puesto.
La jornada había comenzado con fiesta celeste en Miraflores. Por lo menos 10.000 personas llegaron a las tribunas del estadio para alentar a Bolívar. En la previa, decenas de banderas académicas fueron colocadas alrededor del campo de juego para pintar el escenario con los colores del equipo Centenario.
Tanto en la curva norte como en la recta de general, los bolivaristas extendieron inmensas banderas, algunas por los “100 años de Gloria”.
La alegría de la gente duró poco. A los 3 minutos Nacional ya estaba ganando; a los 16’ la visita había hecho el segundo gol y así hasta el minuto 79’, cuando subió a la pizarra un increíble marcador: 1-4.
Robatto, con el rostro desencajado, siguió los últimos instantes del partido y vio cómo se derrumbaba todo lo que había planificado para una noche que, se suponía, iba a ser celeste.
Golpeado igual que los jugadores, algunos de ellos hasta con lágrimas en los ojos, el DT ni siquiera asistió a la conferencia de prensa al cabo del partido. En el lugar, las sillas destinadas al entrenador y a un jugador estuvieron vacías. Nadie de Bolívar se animó a decir algo.
En los alrededores, cerca a las ventanas del vestuario bolivaristas y delante del majestuoso árbitro de Navidad colocado por la alcadía, todavía decenas de personas hacían sentir su furia mediante sus gritos con una sola consigna: “Fuera Robatto”.
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