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Cultura | 06/02/2022

El último duelo y el cine de Ridley Scott

El último duelo y el cine de Ridley Scott

Por: Rodrigo Ayala Bluske/ Tres Tristes Críticos

Se puede decir que Ridley Scott es un cineasta irregular. En su extensa filmografía se pueden encontrar títulos emblemáticos, logrados merced al encuentro de sus innegables habilidades en el manejo estético, con historias y guiones destacados; es el caso por ejemplo de “Alien el octavo pasajero” (1979), “Blade Runner” (1982), y “Telma y Luise” (1991). En un segundo segmento podríamos ubicar a aquellas cintas que, sin llegar a estar completamente logradas, plantean ideas interesantes, es el caso por ejemplo de su primera obra, “Los Duelistas” (1977), de “Leyenda” (1985), “La Sombra del testigo” (1987), “Black Rain” (1989), o Hannibal (2001). En un tercer acápite podríamos ubicar a algunos de los mayores éxitos comerciales de su carrera, los que sin embargo a nuestro juicio no tienen mayores méritos que los del marketing, o los de haber logrado dar “en la tecla” (tocar la sensibilidad del público en determinado momento), es el caso de “Gladiador” (2000), de “La Caída del Halcón Negro” (2001), o “The Martian”(2015), y en un segmento final podríamos en forma conjunta agrupar a los grandes fiascos y las cintas intrascendentes de su carrera entre las cuales se encuentran  la malograda “1492, La conquista del paraíso” (lanzada con gran pompa para conmemorar el quinto aniversario del descubrimiento de América en 1992), “Robín Hood” (2010)“The Councelor” (2013), o “Exodus” (2014).

El último duelo, es una de las mejores cintas de la carrera de Scott y al igual que en los casos anteriores, ello se debe a un guion muy bien escrito por los actores Ben Affleck, Matt Damon (que también protagonizan la película) y Nicole Holofcener, que ha sabido ser plasmado con maestría por el realizador. Está claro que el director supo entender el “sentido” que le querían dar los escritores a la historia y que desarrolló un planteamiento estético, alejado además de los patrones comunes que ha manejado en su extensa obra, y que se corresponde con las ideas y la intención del guion.

“El Ultimo Duelo” es una obra ambiciosa que, a partir de un hecho puntual, un duelo entre dos caballeros provocado por el abuso que realizó uno de ellos a la esposa del otro, describe no solo la condición de la mujer en el medioevo, sino las características de la época misma, la manera como la gente de entonces entendía temas como las relaciones personales, el éxito, la forma que adquirían las relaciones de poder, etc.

La historia está estructurada de acuerdo al esquema que popularizo Akira Kurosawa en Rashomon (1950); tres puntos de vista sobre un mismo hecho que en este caso corresponden a la esposa, su marido y el abusador. Sin embargo, lo interesante es que la película no utiliza los puntos de vista diversos para crear golpes argumentales que nos sorprendan o aumenten la tensión; más bien es una manera de describir en la forma más completa posible las situaciones. Por ejemplo, la descripción del abuso, no difiere en los hechos centrales en los puntos de vista de la esposa y el abusador, pero es en los detalles, en los gestos, en el énfasis en las palabras o los gritos donde se encuentran los elementos que nos relatan de manera precisa las diferencias en la psicología y situación de los personajes.

En “El Ultimo Duelo” se describe sin demagogia la situación de las mujeres en la época; su consideración como “habitantes de segunda” (la dote como la compensación para ser “aceptadas”, la burla ante la posibilidad que leyeran y estudiaran) y en ese contexto el personaje principal femenino, Margueritte de Carroues, encarnado con excelencia por Jodie Corner, es construido con precisión y veracidad: una mujer que en el difícil contexto y las limitaciones que le tocan vivir, se maneja con coherencia acorde a sus genuinas creencias.

En sus primeros trabajos, entre los que se encuentran algunos de los mejores de su carrera, Scott intentó desarrollar una estética preciosista cuyos mejores resultados los obtuvo en cintas como Blade Runner, Los Duelistas o Testigo en silencio. Esa tendencia hizo que incluso en algún momento recibiera acusaciones de ser una suerte de imitador de Kubrick. En su última etapa el director ha resignado dichas aspiraciones y más bien se ha concentrado en creaciones formales “standard”, de acuerdo a las tendencias imperantes en la industria. Sin embargo, en “El Ultimo Duelo” tiene el mérito de centrarse en la construcción de formas más realistas, acordes con la intención descriptiva del guion: los castillos de la película (que seguramente en otro momento de su carrera hubieran sido construcciones espectaculares) en este caso están llenos de habitaciones pequeñas y pasillos retorcidos, como un reflejo de las costumbres y el oscurantismo imperantes. Las calles están llenas de barro; el campo en que se desarrolla el duelo es enorme, pero rustico.

Scott es un director con una enorme cantidad de escenas de acción sobre las espaldas, y seguramente esa experiencia le ha servido para que el duelo final sea realmente memorable. La escena refleja las construcciones sicológicas de los contendientes: el esposo terco y perseverante, el abusador tendiente a un protagonismo oportunista. Una confrontación dura, tosca, cansadora como seguramente debieron ser ese tipo de enfrentamientos en la realidad.

Jodier Corner mostró en las tres temporadas de “Killing Eve” (2018-2020), que tiene el potencial para convertirse en una de las grandes actrices de la época, y lo confirma en esta película. Ben Affleck como secundario construye en forma brillante al señor feudal caprichos punto caricaturesco, pero dotado de cierta coherencia en su visión cínica de la vida. Matt Damon y Adam Driver cumplen con lo suyo en los roles masculinos principales.

“El ultimo duelo” fue un fracaso en la taquilla y según señalan los reportes de prensa. Scott culpo a los “millenials” por el fracaso. En otras palabras, remarco algo que seguramente muchos piensan; que los gustos del público actual no están preparados para aceptar una obra de construcción lenta y carácter reflexivo como esta. En todo caso me da la impresión que la cinta repuntará en los medios no convencionales (ventas directas, streaming), replicando de alguna manera lo que paso con Blade Runner.

La mala noticia es que la película duró muy poco en salas y que en televisión ha sido estrenada en una plataforma restringida como Star Plus. La buena noticia es que, si usted está interesado en ver buen cine, puede dirigirse a cualquier tienda especializada de películas y pedir que “se la bajen”, si es que no la tienen en existencia. 

Rodrigo Ayala es cineasta y ensayista 




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